Los pantanos de la provincia de Alicante afrontan el verano con las reservas más bajas de los últimos 15 años. Los embalses de Beniarrés y Guadalest Beniarrés Guadalest se encuentran al 23% de su capacidad, mientras que el de Amadorio apenas llega al 16%. Alicante, además, es la zona de España junto a la del Bajo Júcar que presenta unos registros más bajos, fruto de la seguía más larga e intensa que se recuerda. El alivio, en todo caso, puede venir de la mano del trasvase del Júcar, toda vez que los pantanos de cabecera sí parecen contar este año con recursos hídricos suficientes.
Los pantanos de la provincia de Alicante parecían haber tocado fondo el verano pasado, pero visto el panorama actual, la situación tiene visos de empeorar en el ejercicio actual. Y es que las reservas hídricas a estas alturas del año son menores que las que se registraban el ejercicio anterior por estas mismas fechas, y todo ello cuando se está a punto de entrar en la estación más seca.
El pantano de Beniarrés, en concreto, se encuentra al 22,52% de su capacidad, lo que suponen 6,08 hectómetros cúbicos de agua embalsada. Esta cifra es menor que la del mes de mayo del año pasado, cuando las reservas hídricas eran del 32,02% y se situaban en 8,65 hectómetros cúbicos. Hay que resaltar que la función de este embalse, aparte de regular las cada vez más inusuales crecidas del río Serpis, pasa por suministrar agua de riego, principalmente a la comarca valenciana de la Safor.
En lo que respecta a Guadalest, el pantano se encuentra en estos momentos al 23% de su capacidad, con un total de 2,99 hectómetros cúbicos de agua embalsada. También en este caso han descendido las reservas en comparación al ejercicio anterior, cuando estaba al 26,03% y almacenaba 3,38 hectómetros cúbicos.
Amadorio, entre los términos municipales de La Vila y Orxeta, es el único que presenta una situación mejor en relación al año pasado, cuando casi se llegó a secar. Aún así, en la actualidad se encuentra a un irrisorio 16,14% de su capacidad, con apenas 2,56 hectómetros cúbicos de agua. En el mismo mes del año anterior las reservas se encontraban al 2,54%, con sólo 0,40 hectómetros cúbicos.
Hay que reseñar que tanto Guadalest como Amadorio están destinados principalmente al abastecimiento urbano de la zona costera de la Marina Baixa, con Benidorm a la cabeza.
Teniendo en cuenta que está a punto de iniciarse la época más seca del año, y que las predicciones meteorológicas adelantan que efectivamente las precipitaciones van a brillar por su ausencia, todo parece indicar que las ya pírricas reservas de estos tres embalses van a ir a menos, hasta batir récords negativos.
De hecho, hay que remontarse a 15 años atrás para encontrar unos datos peores que los actuales, y no en su totalidad. Efectivamente, en 2001 Amadorio y Guadalest presentaban unas reservas más bajas, del 4% y el 10% respectivamente. Sin embargo Beniarrés estaba mejor, con unas reservas del 52%.
Los embalses de la provincia de Alicante, además, presentan junto a los del Bajo Júcar los registros más bajos del conjunto de España, fruto de la sequía más intensa que se recuerda desde que hace 150 años se tienen datos meteorológicos.
La excepción la constituye el pantano de la Pedrera, en el término municipal de Orihuela, si bien hay que aclarar que no se abastece por medios naturales. El embalse se encuentra en estos momentos al 46% de su capacidad, con lo que almacena 113,6 hectómetros cúbicos. El agua procede principalmente del trasvase Tajo-Segura y su función es la de suministrar agua a municipios como Alicante, Elche, Crevillente, Santa Pola y Aspe, además del conjunto de la Vega Baja.
Precisamente, el alivio para la provincia puede venir de la mano de este trasvase, toda vez que los embalses de cabecera del Tajo han alcanzado los 626 hectómetros, lo que avala una trasferencia de caudales de 60 hectómetros cúbicos para cubrir todo el verano.
