La escasa producción ha disparado los precios de la cereza en los mercados. Los daños registrados en Aragón y Extremadura a causa de las lluvias han propiciado un incremento del 50% en la cotización, que ha alcanzado los tres euros para los productores. El fenómeno ha beneficiado a la provincia de Alicante, que también ha tenido un arranque muy flojo, en este caso por culpa de la sequía. La cosecha se espera que empiece a remontar en las próximas semanas, lo que permitirá exportar a distintos países de Europa.

No va a ser este un buen año para el sector de la cereza. Tal y como ya informó este diario, un cúmulo de factores climatológicos adversos ha reducido la cosecha en la provincia a la mitad, por lo que apenas se podrán alcanzar los cuatro millones de kilos. La prolongada sequía que se viene arrastrando, la falta de frío en los meses de invierno y las lluvias que irrumpieron justo cuando la fruta ya se encontraba en los árboles han tenido estas consecuencias negativas.

El inicio de la campaña ha sido especialmente complicado, dado que a todos los inconvenientes citados se le unió una falta de cuajado en la floración. Según explicaba el presidente de la Denominación de Origen Cerezas Montaña de Alicante, Hilario Calabuig, «la verdad es que hemos tenido un arranque muy flojo, con una producción incluso por debajo de lo que pensábamos en las variedades más precoces. De hecho, en esta primera fase no hemos llegado ni al 25% de lo que sería una cosecha normal».

Sin embargo, ha habido un factor con el que no se contaba y que ha permitido salvar los muebles, al menos en parte. Y es que las intensas lluvias registradas en estas dos últimas semanas en zonas productoras de primer nivel como el Valle del Jerte en Extremadura o el área de Aragón han traído consigo una escasez de cerezas en los mercados, lo que ha incrementado de forma notable los precios. Según Calabuig, la cotización ha subido entre un 40% y un 50% en relación al año pasado, hasta el punto que en estos momentos a los productores se les paga una media de tres euros el kilo. En las tiendas ese precio llega a duplicarse. «No llegará a compensar el inicio tan flojo que hemos tenido, pero al menos nos ayuda a seguir adelante», manifestaba el responsable de la Denominación de Origen.

Con todo, los precios irán a la baja conforme avance la campaña, toda vez que se prevé que la cosecha en la segunda fase que ya se está iniciando irá en línea ascendente. «La cantidad -significó- será suficiente para que podamos exportar, lo cual servirá para no saturar los mercados y conseguir unos precios mejores que los que se pagan en el mercado nacional».

Respecto a los puntos de destino, Calabuig manifestó que «la inmensa mayor parte irá a parar a Europa, a países como Francia, Alemania o Polonia, entre otros. Las ventas que se realizan al continente americano son prácticamente testimoniales».