El Ministerio de Hacienda ha dejado fuera de las reducciones del IRPF a la cereza, pese a las graves pérdidas sufridas el año pasado como consecuencia de la sequía y el fuerte calor. Jóvenes Agricultores de Alicante (ASAJA) atribuye la decisión ministerial al cambio en el sistema de baremación de datos por parte del Consell, que no tiene en cuenta las cifras aportadas por las organizaciones agrarias y que también ha generado agravios comparativos en el níspero y la uva de mesa.

ASAJA ha exigido al Ministerio de Hacienda que modifique de forma urgente la nueva orden sobre la rebaja de los índices de rendimiento neto en la estimación objetiva del IRPF para cultivos afectados por inclemencias meteorológicas como la sequía y los golpes de sol sufridos en 2015, así como el pedrisco, las heladas y las lluvias persistentes.

En opinión de esta organización sindical, los nuevos módulos son un gravísimo error y con ellos se vuelve a marginar a la provincia de Alicante. La situación, destaca el presidente de ASAJA Alicante, Eladio Aniorte, tiene su origen en la nueva fórmula adoptada por el Consell a la hora de baremar los daños en los cultivos, que sólo recoge las cifras estadísticas de las oficinas comarcales de la Conselleria de Agricultura y no tiene en cuenta los informes remitidos por las organizaciones profesionales y las cooperativas agrarias «que somos los que estamos a pie de campo, los que peritamos y los que damos parte al seguro».

La consecuencia directa del nuevo procedimiento de la Conselleria es «que las cifras obtenidas por pérdidas de inclemencias meteorológicas son totalmente incompletas y poco se corresponden con la realidad. Por ende, la orden aprobada por Hacienda de reducción de IRPF no sólo es insufiente, sino que perjudica de lleno a tres de los cultivos más emblemáticos de la provincia, como la uva de mesa, el níspero y la cereza, a través de un agravio comparativo y discriminatorio entre unos agricultores y otros».

ASAJA destaca, en este sentido, que dentro de una misma comarca hay cultivos que están incluidos, como es el caso de la uva de mesa de Monforte y Agost y el níspero de Altea, y otros que sufriendo el mismo problema y cultivándose en la misma zona, como la uva de Aspe, Novelda, La Romana y Los Hondones, o el níspero de Callosa, que se han quedado fuera.

Respecto a la cereza de las montañas de Alicante, que afronta este año una de las peores cosechas de los últimos tiempos por la sequía y las altas temperaturas, y que en 2015 sufrió un daño medio superior al 50%, incluyendo pérdida de arbolado, «se ha quedado sin rebaja del IRPF, con el peligro de extinción de productores que eso conlleva», enfatiza Aniorte.

Así las cosas, desde ASAJA se solicita a la Conselleria que vuelva al sistema anterior de recogida de datos, de manera que tenga en cuenta los informes de las organizaciones profesionales agrarias y de las cooperativas. Según el presidente en Alicante, «los datos de la oficinas agrarias y de AEMET no sirven, por sí solos, para realizar un análisis integral de la situación climática y de los daños alcanzados».

Aniorte destaca que ASAJA realizó el año pasado más de 3.000 visitas al campo para evaluar los daños climáticos en el marco delseguro agrario.