El textil teme una ralentización de las ventas este año debido a la inestabilidad que se ha instalado en los mercados. La falta de robustez de la demanda interna y la incertidumbre que rodea al entorno económico internacional son factores que apuntan a un crecimiento más pausado de las cifras de negocio. En este escenario, la innovación y la apuesta por el comercio exterior seguirán siendo básicos.
El sector textil concluyó el año pasado con una aceleración en la evolución del comercio exterior y una mejora de las ventas nacionales, según los datos facilitados por la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana (ATEVAL). La inversión, además, se aceleró durante el cuarto trimestre y el empleo y la confianza empresarial continuaron por la senda de la mejoría.
Para este año se mantienen las previsiones de crecimiento, aunque todo parece indicar que el ritmo no será tan intenso. A la hora de explicar los motivos de esta ralentización, la propia patronal hace referencia al entorno económico internacional incierto, con numerosos focos de inestabilidad potencial en China y los países emergentes, a lo que se une la debilidad de Europa.
El informe de coyuntura de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) también hace referencia a estos riesgos exteriores, así como a los internos. En concreto, se destaca que la elevada tasa de paro y la falta de robustez de la demanda interna, aún habiendo mejorado, retrasan la percepción de la salida de la crisis para empresas y familias, por lo que se puede afirmar que se ha salido de la recesión, pero todavía no de la crisis.
En el mismo informe se indica que de cara al futuro, los indicadores muestran una ligera ralentización en el conjunto de la economía valenciana, aunque con menor intensidad que a nivel nacional. La demanda interna y externa, apunta, seguirán creciendo, aunque a ritmos menos intensos.
En este escenario, y desde el punto de vista de la oferta, la CEV señala que las empresas deberán continuar apostando por las palancas estratégicas de la innovación y la internacionalización para consolidar y afianzar las mejoras de productividad y competitividad.
Con todo, 2016 no ha arrancado mal para el sector textil nacional, toda vez que en los dos primeros meses la cifra de negocio ha aumentado un 7,3% y la producción un 7,6%. Las exportaciones también han crecido un 8,9%.
