El Safari Aitana reabrió ayer sus puertas después de estar cerrado durante dos días por luto por la muerte de un albañil que fue atacado por un búfalo rojo el pasado miércoles. Estos animales, según la información recabada de fuentes solventes, están en cuarentena en su cuadra, por lo que no los pudieron ver los visitantes.

El recinto, situado en la Sierra de Aitana dentro del término municipal de Penàguila, volvió ayer por la mañana a acoger a turistas después del trágico accidente, en el que un búfalo embistió y mató a un albañil, de 42 años y vecino de Muro, que estaba trabajando en la reparación de un muro.

La vuelta a la rutina fue de lo más tranquila y normal. Visitantes españoles y extranjeros fueron entrando con sus vehículos a este espacio que muestra una gran diversidad de fauna y fotografiando a los animales que se cruzaban en su camino. Una ruta con avestruces, llamas, cebras, cabras, dromedarios, jirafas, burros, ponis, hipopótamos, caballos, leones o tigres que levantaron la atención de estos espectadores, sobre todo de los más pequeños.

Sin embargo, en este recorrido, los turistas no pudieron ver los búfalos rojos ya que permanecen en aislamiento preventivo en su cuadra tras el mortal accidente. Aunque sí a los búfalos de agua que estaban en una zona de pinada compartiendo comida con otros animales.

Jornada con tormenta

Sin embargo, la reapertura no pudo cumplir con todo el horario, de 11 a 19 horas, porque sobre las cuatro de la tarde el safari tuvo que cerrar sus puertas debido a la intensa tormenta, acompañada de granizo, que también afectó a esta zona de la provincia, según las informaciones recabadas.