El estruendo de los arcabuces invadió ayer hasta el último rincón de las calles del centro, en unas espectaculares batallas de arcabucería que retrotrajeron a Alcoy a aquel lejano año de 1276, cuando a las puertas de la villa se enfrentaron las tropas comandadas por el caudillo árabe Al-Azraq y los ejércitos de los defensores de la cruz.

Las fiestas de Alcoy vivieron ayer su última jornada, en que Moros y Cristianos se enfrentan en dos ocasiones por la posesión de la villa. Se trata de una recreación de la batalla del año 1276, cuando los ejércitos de la cruz triunfaron sobre las tropas musulmanas comandadas por Al-Azraq, según cuenta la leyenda, tras la decisiva intervención de San Jorge, que se apareció sobre las murallas para llevar a los cristianos a la victoria.

Tras la Embajada Mora de la mañana, se inició la primera de las batallas. Los cristianos salieron de la fortaleza en busca de sus contrincantes, que los esperaban por un lado en el Parterre, y por el otro en Sant Nicolauet. Fue en estos lugares donde tuvo lugar el Encaro, brindando entre ellos los capitanes y alféreces de ambos bandos, en una conversación en principio amistosa que, sin embargo, finalmente derivó en enfrentamiento bélico.

Las huestes de la media luna, entonces, empujaron con todas sus emergías hasta hacer retroceder a sus contrincantes en medio del estruendo de los arcabuces y un intenso olor a pólvora. Como no podía ser de otra forma, y tras la habitual lucha con las espadas, el castillo cayó finalmente en manos de los moros.

Por la tarde se repetiría la misma escena, aunque a la inversa, siendo los cristianos los que tras otra espectacular batalla consiguieron recuperar la villa.

La recreación de los hechos acontecidos en 1276 tendrían su colofón por la noche, con la Aparición del niño Sant Jordiet, Juan Anduix Martínez, sobre las almenas del castillo.

Cabe reseñar que los festeros quemaron alrededor de 3.000 kilos de pólvora en los dos enfrentamientos, que debido a la coincidencia con la jornada del domingo, contaron con una elevada asistencia de público formado tanto por alcoyanos como por visitantes procedentes de otros municipios.