La melodía festera de 2016 sigue sonando por todos los rincones de la ciudad y cada vez con más fuerza puesto que la llegada de las tropas moras y cristianas está ya más cerca. Faltan diez días para que el «Nostra festa ja...» abra las puertas a la Trilogía y la cuenta atrás se escenificó ayer con el segundo pregón, pero esta vez protagonizado por la niñez festera.

Las doce del mediodía fue la hora marcada para el inicio de la Gloria Infantil. Pero minutos antes, en el Partidor, los timbales y las trompetas empezaron a abrir paso a la comitiva de heraldos de la ciudad. Mientras, en la parte de detrás, los primers trons y los padres de los «glorierets» moros daban los últimos retoques a la indumentaria moruna que lucieron los niños. La formación ya estaba lista y el sargento moro, Guillem Climent, también estaba preparado. Así que cuando el reloj marcó las 12.11 horas comenzaron a sonar las primeras notas del pasodoble «El K'sar el Yedid» de Camilo Pérez Monllor, gracias a la interpretación de los músicos de la Societat Unió Musical d'Alcoi, mientras los pequeños festeros marcaban el paso. El sargento, que debutaba este año en el cargo, comenzó a desfilar, con elegancia y muy sonriente, por delante del público levantando los aplausos. Y el momento más mágico y emocionante llegó con el segundo fuerte del pasodoble, cuando Climent indicó a los «glorierets» que alzaran las armas y comenzaran a recorrer el camino que les llevaría a la iglesia de San Jorge. Una gran ovación acompañó a los festeros en los primeros compases de este multitudinario pasacalle.

La misma escena se volvió a repetir en el Partidor cuando los progenitores de los pequeños festeros cristianos terminaban de poner los cascos, las capas o las mantas a los protagonistas antes de que el bombo de la Corporació Musical Primitiva anunciara el inicio de la participación de esta segunda formación. Así, a las 12.29 horas y al compás del pasodoble «Primavera» de Antonio Gisbert Espí, tocado por la Vella, arrancó la Gloria Infantil para los cristianos. Por primera vez Ian Ferri Puig guió a los pequeños festeros como sargento cristiano y lo hizo con alegría mientras los espectadores premiaban su buena dirección con una fuerte ovación. En esta ocasión, el primer fuerte del pasodoble significó el alzar las armas y avanzar por las calles Sant Nicolauet y San Nicolás.

El pregón infantil ya estaba en marcha y lo hacía bajo un sol radiante y una temperatura de unos 20 grados. Un día primaveral que invitó a muchos alcoyanos y foráneos a acercarse al corazón de la ciudad para ver cómo los niños anunciaban que la Trilogía está cada vez más cerca.

Descanso

La comitiva, cuando llegó a la plaza Ramón y Cajal con el cruce con la calle Torremanzanas, hizo un alto en el camino para que los niños pudieran descansar unos minutos. Tras el receso, la música y la fiesta volvieron a invadir la arteria principal del centro de la ciudad. Esta vez, los moros desfilaron al compás del pasodoble «Tayo» de Francisco Esteve Pastor mientras que los cristianos recorrieron el segundo tramo al ritmo del pasodoble «Aitana» de Tomás Olcina Ribes.

Los pequeños festeros, con las indicaciones de sus sargentos, realizaron la correspondiente «girà» de la escuadra delante de los capitanes, alféreces y Sant Jordiet 2016 con la llegada de los fuertes de los pasodobles y entre el aplauso del público y la lluvia de confeti. Este fue uno de los momentos con más alegría que vivió ayer el pregón, que culminó a las 14.30 horas en la iglesia de San Jorge. Allí, en el altar mayor y con la figura del patrón de fondo, los glorieros infantiles y los sargentos moro y cristiano se realizaron la fotografía de familia para tener un recuerdo especial de esta Gloria Infantil. Un acto que los pequeños festeros vivieron con mucha ilusión, y también con un poco de cansancio al final del itinerario, que para los dos sargentos fue muy especial. Ambos, después de ganar el concurso, se estrenaban en el cargo. Los dos explicaron que antes de la «arrancà» estaban un poco nerviosos, pero después, a medida que iba pasando el acto, fueron disfrutando más de su «paseo» por el centro de la ciudad. Para Guillem Climent, sargento moro, el mejor tramo fue «el último, antes de terminar», es decir, la llegada a la iglesia de San Jorge. Para Ian Ferri, sargento cristiano, el tramo que más le gustó fue «el de los cargos». Con todo, estos dos festeros estuvieron de acuerdo en afirmar que «nos lo hemos pasado muy bien».

El estruendo y el olor a pólvora de la «mascletà» escribieron el punto final de la soleada Gloria Infantil de este año.