El Ayuntamiento de Alcoy ha iniciado el proceso para que el área de El Puig, tanto en su vertiente arqueológica como en la ambiental, sea declarada Bien de Interés Cultural (BIC). La medida ha sido aprobada por la Junta de Gobierno, que la remite ahora a la Conselleria de Cultura, según ha explicado el concejal delegado Raül Llopis. La Generalitat tiene un plazo de tres meses para incoar el expediente, señala por su parte Jose María Segura, director del Museo Arqueológico.
El Puig, cima situada sobre el Barranc de la Batalla, justo enfrente de los túneles del tren, la carretera y la autovía, fue a partir del siglo IV antes de Cristo un importante enclave poblacional de la civilización ibera, que está siendo desvelado en los últimos tiempos, merced a las investigaciones arqueológicas conjuntas que desarrollan la Universidad de Alicante y el Museo, de la mano de Ignasi Grau y el propio Segura.
Ahora, el Ayuntamiento ha iniciado el proceso que derivará, con toda seguridad, en la próxima declaración del paraje como BIC, explica el edil Llopis. «De hecho, el yacimiento ya podría ser BIC, porque tiene vestigios de las murallas y entraría dentro de la categoría correspondiente que tiene establecida la Conselleria de Cultura. Nosotros, lo que estamos haciendo es plantear la declaración para el yacimiento y también para el entorno de protección que se delimite, que entendemos debería tener un mínimo de 200 metros en todas direcciones, contando a partir del final de los restos arqueológicos», agrega José María Segura.
La propuesta aprobada en fechas recientes será remitida a Cultura, que «tiene un plazo de tres meses para iniciar el expediente», de acuerdo con la normativa vigente de protección patrimonial. En base a la legislación, se da por seguro que el BIC ha de aprobarse para el yacimiento, y lo que busca el Ayuntamiento «es una delimitación del entorno para asegurar el paisaje inmediato, al igual que se ha hecho con La Sarga», con el matiz de que las cuevas sí tenían la declaración de protección previa; de hecho, forman parte del Patrimonio de la Humanidad, dentro del arte rupestre levantino.
De cualquier manera, el proceso otorgará a corto plazo medidas jurídicas de protección para un importante yacimiento arqueológico, cuyo valor está creciendo con el paso de los años y sus secretos van siendo desvelados.
