La floración ha dado el pistoletazo de salida a la campaña de cerezas de la provincia, la cual llega condicionada por la sequía. Las lluvias registradas esta semana han servido para mejorar las perspectivas que se manejaban hasta hace pocos días, pero el volumen de producción continúa siendo una incógnita después de tantos meses sin precipitaciones, en los que la falta de frío también ha sido un factor que ha jugado en contra del cultivo.
La campaña provincial de cerezas se presenta este año rodeada de incógnitas. La prolongada sequía que vienen soportando los campos hacía presagiar hasta hace muy pocos días que este iba a ser un año muy negativo, aunque las lluvias de esta misma semana, en que se han llegado a acumular cantidades de hasta 60 litros por metro cuadrado, han servido para mejorar la situación.
Aún así, el presidente de la Denominación de Origen Montaña de Alicante, Hilario Calabuig, no se atrevía a hacer pronósticos. «Las lluvias -manifestaba- nos han venido muy bien, sobre todo para fortalecer los árboles, que lo estaban pasando muy mal. La floración también está siendo fantástica, pero falta ver cómo será el cuajado de la fruta, y eso hasta que no pasen unos días no lo podremos saber».
Y es que los cerezos se han tenido que enfrentar a muchos factores adversos. Aparte de la profunda sequía, Calabuig hacía referencia «a la falta de frío durante el invierno, lo que ha impedido a los árboles descansar como es debido. Las bajas temperaturas las hemos tenido muy a última hora, y ahora habrá que ver cual es la reacción ante estos condicionantes».
Además, el retraso en la llegada del frío ha propiciado que el adelanto en el inicio de la campaña, que hubiese permitido disfrutar de mejores precios, se haya ido también al traste.
El potencial máximo de producción de los campos de cultivo la provincia es de ocho millones de kilos, aunque según advertía el responsable de la Denominación de Origen, «eso sólo ocurriría en un año excepcional. Con cinco o seis millones de kilos ya estaríamos hablando de una buena campaña».
Así pues, habrá que esperar la evolución de los próximos días para despejar incertidumbres y concretar el nivel de la cosecha. El sector espera con ansiedad unos buenos resultados, después de que en la campaña anterior la falta de cuajado y el fuerte calor redujeran la producción un 70%.
