La figura de Sant Jordi fue ayer la protagonista en la charla, celebrada en el Ágora, a cargo de representantes de las religiones judía, cristiana e islam. La periodista Pepa Fernández fue la encargada de moderar el diálogo en el que se subrayó que entre las tres confesiones hay más puntos en común que diferencias.
«Sant Jordi, punto de encuentro de culturas, leyendas y devociones» fue el título de la jornada organizada por el Ayuntamiento de Alcoy, con la colaboración de la Asociación de San Jorge, y que contó con numeroso público expectante por saber si había algún lazo de unión entre el patrón de Alcoy y las citadas tres confesiones.
Armando Azubel , presidente de la Comunidad Judía de Alicante (CJAC), explicó que San Jorge «era un personaje desconocido para mí» de ahí que estudiara su figura y llegó a la conclusión que el «vínculo cercano» entre este soldado del siglo III y el judaísmo, «es que, tras el fallecimiento de su padre en Capadocia, San Jorge regresó a Israel», de donde era su madre, «y allí vivió una parte de su vida y murió». Asimismo, destacó que este nexo se debe ver «desde el punto de vista histórico» porque desde el religioso «no existe ningún tipo de relación».
Un encuentro con el profeta Moisés es la referencia que se encuentra de Sant Jordi en el islam. Tawfik al Said, miembro del Comité Cultural y Patrimonio de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), explicó que se realizó una traducción de un nombre como San Jorge en un texto en el que hablaba del citado encuentro. Una reunión que, según al Said, también contó con una «lección de humildad».
«Es un santo muy venerado en Occidente y en Oriente, patrón de muchos lugares y que fue mártir». Así comenzó Manuel Barrios, director de Relaciones Interconfesionales en la Conferencia Episcopal Española (CEE), a explicar la figura de Sant Jordi.
Jorge de Capadocia «fue soldado romano en el s. III, martirizado en el año 303 y en el s. IV empezó a ser venerado como mártir en el imperio romano» -luego se fue extendiendo a otros territorios- y «a finales del s. V fue canonizado», así lo expuso Pepa Fernández durante la introducción y después formuló a los ponentes diversas preguntas. A la cuestión de si «las fiestas de moros y cristianos ayudan a la conciliar las diferencias entre las religiones», los tres protagonistas subrayaron que «sí» al tiempo que al Said manifestó que «es un día festivo y participativo. No hay ningún problema», para Azubel «es una escenificación de la historia» y Barrios estuvo de acuerdo con sus compañeros y añadió que también «depende de cómo se viva y el mensaje que se dé».
En común
En el diálogo también se subrayó que entre las tres religiones «son más las cosas en común que las que nos separan», según al Said y Barrios apuntó que en las diferencias «hay respeto y aceptación», pero «tenemos muchos puntos en común». Arzubel se sumó a estos argumentos añadiendo que se debe impartir una educación más plural.
