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La sequía y los conejos amenazan con arruinar la cosecha provincial de cereales

La producción de 14.000 toneladas puede verse muy mermada si persisten ambos problemas

El responsable del sector en La Unió muestra en Alfafara una madriguera junto a un campo de cereales reseco por la falta de lluvias. JUANI RUZ

La sequía y los conejos amenazan con arruinar la cosecha de cereales de Alicante. La producción de 14.000 toneladas que generan los campos de la provincia puede verse reducida a la mínima expresión en el caso de persistir ambos problemas. La Unió de Llauradors está instando a la Conselleria de Medio Ambiente a obligar a los cazadores a combatir las plagas de este mamífero roedor, concentradas principalmente en las comarcas de l'Alcoià, El Comtat y el Vinalopó.

El sector provincial de los cereales se enfrenta a una campaña que se presenta con unas perspectivas más que negativas. El potencial de los campos alicantinos es de 14.000 toneladas, sobre todo de cebada, trigo y avena, que generan un volumen de negocio cercano a los 2,2 millones de euros. Sin embargo, dos factores, la sequía y las plagas de conejos, amenazan con reducir ambas cifras a la mínima expresión.

Según explicaba el responsable de este sector en La Unió, Gonzalo Cots, la falta de lluvias está propiciando que las plantas apenas puedan germinar, y que las que lo consiguen tengan un aspecto raquítico. «Las lluvias registradas a principios de semana han aliviado un poco la situación, pero todavía tendría que llover bastante más para poder salvar la cosecha. Esperemos que estas precipitaciones marquen un cambio de tendencia, porque en caso contrario lo tendremos crudo», lamentaba.

Por si esto fuera poco, en los últimos años se está produciendo un remonte de las poblaciones de conejos, hasta estar reconocidos como plaga a nivel oficial desde 2007. El problema es especialmente patente en las zonas de l'Alcoià, El Comtat y el Vinalopó. A este incremento del número de animales se le une el problema de la sequía, lo que propicia, según Cots, «que como no tienen qué comer en el monte, se dirijan a los campos de cereales para dar buena cuenta de los brotes. La situación llega a ser tan grave que hay parcelas en las que no vale la pena ni sembrar».

A la hora de concretar las razones de esta situación, el responsable de La Unió apunta hacia los cazadores, «que no cumplen con su obligación de combatir estas plagas. Para ellos el conejo no es una pieza atractiva, entre otras cosas porque no es autóctono y tiene un comportamiento singular. Sólo lo cazan cuando la administración presiona y amenaza con la retirada de licencias».

Zorros

Gonzalo Cots, además, señala otro factor, como es la caza de los zorros. «Se trata del enemigo natural, y cada vez hay menos, por lo que los conejos acaban campando a sus anchas».

Es por ello por lo que desde La Unió se ha instado a la Conselleria de Medio Ambiente «a obligar a los cazadores a que cumplan con lo que se espera de ellos. El problema se solucionaría fácilmente si los responsables de los vedados pusieran interés».

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