La imaginación y la inspiración en acciones o en sucesos son parte de la base a la que recurren los guionistas para escribir las historias que luego se plasman en las películas. Pero, a veces, esa ficción reflejada en los guiones es superada por la realidad y así ocurre con una historia en torno al atraco en un banco y que tiene como escenario Valencia.
En las grandes pantallas de la provincia, durante estos días, se puede ver el recién estrenado film «Cien años de perdón», dirigido por Daniel Calparsoro. Muchos espectadores hablan de lo impactante que les ha resultado observar el asalto, por parte de un grupo de ladrones, a una sede central de un banco en la capital del Turia, y cómo huyen los asaltantes tras inundarse el tunel por el que habían ideado escapar. Una serie de escenas protagonizadas por Luis Tosar, Rodrigo de la Serna, Marian Álvarez, Raúl Arévalo, José Coronado, Patricia Vico o Luciano Cáceres. Se trata de un «thriller» de acción, estrenado el pasado 4 de marzo y enmarcado en la crisis, que está teniendo buena crítica y éxito en taquilla.
Pero esta ficción no supera la realidad, ya que en 1871 un grupo de bandoleros, entre los que había vecinos de Gaianes y Agres, ya utilizaron este «modus operandi» para atracar la sucursal del Banco de España en Valencia.
Manel Arcos, periodista e historiador, recoge esta sorprendente historia en su libro «Gaianes-Xàtiva, un viatge sense retorn» (El Petit Editor, 2015). Años de investigación, de leer artículos en la prensa del siglo XIX, como «El Mercantil Valenciano», y consultar el Boletín Oficial de la Provincia de Alicante y archivos han permitido a este investigador de Oliva encontrar mucha información sobre el bandolerismo valenciano. Esta es la principal temática de sus nueve libros publicados hasta la fecha. Pero en su última publicación explica cómo fue el primer asalto que realizaron unos bandoleros a un banco en Valencia. Hace, ni más ni menos, que 145 años.
Arcos, gracias a los testimonios y las crónicas plasmadas en los periódicos de la época y en los documentos, ha podido recoger información sobre este espectacular asalto. Según cuenta en su libro, eran un grupo de bandoleros, entre los que estaban los hermanos Seguí de Gaianes, un vecino de Agres o el «piler» Torregrosa, que estuvieron durante unos dos meses cavando un túnel de 450 metros hasta llegar a la sede bancaria, «que en aquellos momentos custodiaba una auténtica fortuna como eran unos 200 millones de reales». Al final lograron su propósito y accedieron para llevarse un botín de «tres cajas de madera con 9.000 duros de plata, que equivaldría a entre 1,5 o 2 millones de euros», explica Arcos.
Estos ladrones del siglo XIX «alquilaron una casa» en la capital, que fue como su sede de operaciones durante los alrededor de 60 días que estuvieron con esta acción. De la información extraída, «hace pensar que no fue un atraco cualquiera, sino que era una banda organizada y que tenían los objetivos claros», afirma.
Asimismo, los asaltantes deberían de tener «alguna persona que les pasase información» porque ellos venían de la zona rural -su ámbito de actuación- y por primera vez se desplazan a una gran ciudad para protagonizar el robo. Así que Arcos se pregunta «¿cómo sabían moverse por Valencia?» o «¿cómo conocían que tenía acequias o conductos?», ya que los utilizaron para realizar el «camino» subterráneo. De ahí que el historiador haya llegado a la conclusión que no iban a ciegas, sino que alguien les iba guiando.
Los motivos que llevaron a estos ladrones a intervenir «no está plasmado en los documentos» pero la reflexión que hace el experto es que lo hicieron «con una intención ideológica y social». En esta época también había «un saqueo de dinero público» y la «indignación de estos jóvenes» se canalizó «robando a los ricos», señala.
