El Cantó Pinyó fue el escenario donde anoche se encontraron las imágenes de la Virgen de los Dolores y Nuestro Jesús Nazareno. Fue el momento de la despedida entre la madre y el hijo, un tiempo de emoción para los devotos al ver ese último abrazo. Un año más, este fue el punto álgido de la procesión que arrancó desde la capilla de la calle Pintor Casanova y desde la iglesia de San Mauro y San Francisco.

El Gremio de Labradores llevó a hombros la imagen del Nazareno por la plaza de España al compás que marcaba la música interpretada por el Grup de Dolçainers i Tabaleters La Degollà mientras que las mujeres de la Cofradía Cristo Yacente fueron las encargadas de procesionar la imagen de la Virgen por la calle San Nicolás, y acompañadas por otros miembros de la cofradía, autoridades y de la Agrupació Musical Serpis.

A las 21.10 horas, se produjo el cara a cara en el Cantó el Pinyó, momento en el que se cantaron dos saetas que fueron aplaudidas por el público. Después llegaron las tres reverencias antes de que ambas comitivas siguieron la procesión por la plaza de España, la calle Mayor hasta la iglesia de Santa María, donde entró la Virgen de los Dolores mientras que el Nazareno siguió unos metro más hasta su capilla.

Por otra parte, Alcoy inició el Domingo de Ramos con la procesión de la Burreta, a cargo de la Cofradía Cristo Agonizante, que recorrió la parte alta de la ciudad mientras que en el parque de La Glorieta y en las parroquias de la localidad se celebraron las bendiciones de los ramos. Numerosas personas llevaron las palmas y las ramas de olivo para recibir el agua bendecida.