El empresario Enrique Ortiz negó ayer ante el juez del Juzgado de Instrucción número 2 de Alcoy que hubiese cometido o tuviese conocimiento de cualquier irregularidad durante la ejecución de las obras de reforma del Teatro Calderón, que hubiese propiciado sobreprecios. Durante una hora, Ortiz compareció como investigado por un posible delito de estafa, a raíz de una denuncia del Ayuntamiento.
Ortiz llegó al Palacio de Justicia a las 8.52 horas por haber sido citado «en tiempo y forma» por el juez, tras varias dudas sobre quién tendría que comparecer. Durante la hora que permaneció en el juzgado -salió poco después de las diez- el empresario vino a decir que desconocía los pormenores de las obras y que está seguro que no hubo irregularidad alguna que derivara en sobrecostes. El Ayuntamiento ha presentado una denuncia por un posible sobrecoste de 164.000 euros, que luego se ha incrementado a 1 millón, en el contexto de una actuación que costó 12 millones y que en parte financia la Generalitat.
De entrada, la defensa de Ortiz solicitó al suspensión del acto, al entender que se estaban vulnerando sus derechos por estar pendientes de resolución diversos recursos, pero el juez lo denegó, entre la protesta formal del abogado. A partir de ahí, Ortiz mostró su disconformidad por responder en nombre de su empresa, alegando que «nunca tuve intervención ni conocimiento ni actué en la obra», según pudo saber este diario de fuentes cercanas al caso. Precisó que Santiago Bernáldez tuvo plenos poderes desde 2000 en la empresa, y que en su caso, estaba a cargo de un grupo de 50 empresas de distintas áreas (citando «aparcamientos, servicios urbanos, recogida de residuos y tratamientos, construcción, geriátricos, limpieza de dependencias...»).
También adujo que ser «presidente y administrador de este grupo de empresas» no supone que esté «al tanto» de todo, ya que su función específica es «atender el área de desarrollo de suelo». El constructor también subrayó que su única visita al Teatro Calderón fue el día de la inauguración, que no conoce al director del proyecto -el arquitecto Octavio Raduán, también investigado- y que por entonces ejecutaba «alrededor de 100 obras», algunas de mayor envergadura que las del teatro alcoyano.
Afirmó desconocer cómo le fue adjudicada la obra, pero, a preguntas del juez respondió que si se corroborara que se ha certificado algo incorrecto por error de la dirección de la obra, «la empresa consignaría y devolvería las cantidades pertinentes», algo que ya le ha ocurrido en alguna otra ocasión «tanto a favor como en contra de la empresa». En otro momento fue tajante a la hora de contestar «seguro que no» a la pregunta de si hubo «algún tipo de connivencia» entre él y alguien de su empresa con el arquitecto director para «colar» sobrecostes al Ayuntamiento, sobreprecios o trabajos ya abonados.
Ortiz concluyó su intervención detallando la magnitud de su compañía, que ejecuta puentes, carreteras, depuradoras, túneles, tranvías, hospitales, ..., a la hora de mostrar que al frente de los trabajos tiene que estar un Ingeniero de Caminos, mientras que él no tiene «ninguna titulación».
