La expedición romana llegó ayer a Alcoy, pasadas las 13 horas, después de recorrer los dos últimos kilómetros marcados en la ruta de la segunda etapa del Camí del Peix. Estos fueron los únicos kilómetros que completaron ayer tras suspender los otros tramos debido a la nevada. Antonio Espinosa, arqueólogo de la Vila y director de Vilamuseo -entidad organizadora del evento junto a Hispania Romana y el Museo Arqueológico de Alcoy- explicó que durmieron en el campamento de Relleu «donde a las 5.30 horas nos hemos levantado» porque «el intenso viento había desmontado las tiendas de campaña». A partir de ese momento, el grupo estuvo pendiente del tiempo y al conocer que el puerto de Benifallim y el de la Carrasqueta estaban cerrados «hemos decidido no hacer la marcha» y sí apostaron por ir a La Torre de les Maçanes y a Benifallim para realizar las actividades previstas. Tras compartir unos momentos lúdicos y culturales con los vecinos de estas poblaciones de l'Alacantí y l'Alcoià, la expedición puso rumbo al Ull del Moro, donde un numeroso grupo de excursionistas alcoyanos ya les esperaba para andar los dos últimos kilómetros.

Tras caminar estos dos mil metros, la comitiva entró a la plaza de España de Alcoy bajo una lluvia intermitente. El ejército romano se situó a un extremo de la Bandeja y explicó al numeroso público la vida y las costumbres de los romanos del siglo I a. C. Sin embargo, las precipitaciones volvieron a aparecer y obligaron a poner un precipitado punto final a la andadura por el Camí del Peix.

La marcha ha durado dos días y ha unido La Vila Joiosa con Alcoy. En suma «ha sido un camino duro» pero los paisajes son «espectaculares» y el «recibimiento de la gente ha sido maravilloso», indicó ayer Luis Miguel, un asturiano que es miembro de la asociación Hispania Romana y que participó en la marcha.