Alcoy sigue viendo reducida su poblaciónAlcoy población, como reflejan las diferentes estadísticas del INE y el padrón municipal, pero durante el último año también ha perdido tamaño físico. A día de hoy, puede hablarse con claridad de que la ciudad es más pequeña que hace un año por estas mismas fechas, porque tiene menos edificios. Esto es consecuencia de que en 2015 sólo se aprobó la construcción de un edificio de cuatro viviendas, mientras que se formalizaron nueve derribos, de los que se han consumado siete, según la información facilitada por el teniente de alcalde de Urbanismo, Manolo Gomicia.
Tras la época dorada del ladrillo, en la década de 2000, cuando los gobiernos del PP de Miguel Peralta y Jorge Sedano autorizaban cada año la construcción de centenares de viviendas, ha llegado la hecatombe total, toda vez que la edificación se detuvo por completo a partir de 2009; desde entonces, prácticamente no se han llegado a acometer ni diez pisos al año. Así, por ejemplo, en 2014 se autorizaron tres viviendas unifamiliares, mientras que en 2013 habían sido seis.
En 2015, la situación no ha variado un ápice. En febrero, el Ayuntamiento daba luz verde a un inmueble de 4 viviendas en la calle San Francisco, en el centro histórico, que en estos momentos está en la recta final de su edificación; más tarde, se legalizaba una cochera como vivienda. Y se acabó. Aquí está explicitado todo el balance constructivo de la ciudad en un año.
De todas formas, se trata de un resultado algo mejor que el de 2010, por ejemplo, en que no se autorizó ni un piso. Peor aún, en el citado ejercicio se anulaban licencias de construcción que afectaban a 180 viviendas del casco antiguo, que los promotores desestimaron por la falta de demanda, lo que ha ocasionado que en la parte baja de la parroquia de Santa María se combinen inmuebles edificados en los últimos años con solares olvidados.
La realidad, como se ha denunciado desde el sector, es que la crisis del ladrillo pilló a Alcoy con cerca de 2.000 viviendas construidas o en la recta final, buena parte de las cuales siguen en la misma situación; en muchos casos, han acabado liquidándose por parte de las entidades bancarias, a precios incluso por debajo de la mitad del que era su precio de venta en origen. Esto se ha podido constatar en inmuebles de la calle Valencia y también del centro, por citar dos casos específicos.
Paralelamente, el mercado de ocasión está en precios que podrían calificarse de irrisorios, habiéndose llegado a ofertar pisos en la zona del Viaducto incluso por debajo de los 20.000 euros. Así se puede constatar en algunas promociones bancarias y también en anuncios en revistas, vigentes en estas fechas.
Mientras la construcción sigue en estado de coma profundo en la ciudad, la piqueta sigue actuando, porque hay zonas del casco antiguo y fuera de él que presentan un alto grado de deterioro y que obligan a declaraciones de ruinas y demoliciones posteriores. En esta línea, en 2015 el Ayuntamiento tuvo que autorizar hasta nueve demoliciones, de las que siete se han materializado y la octava empezaba esta semana, con el antiguo recinto industrial de Maquinaria Ceres en la calle Alicante. Se ha tratado de naves industriales en su mayoría, pero también ha habido inmuebles de el casco antiguo, en las calles Casablanca y San Nicolás, y en otros puntos de la ciudad, como el Callejón Villa Elisa o la calle Onofre Jordá. Aparte, hay otros que quedaron inacabados y alguno, como uno de la calle Cantagallet, ha sido destrozado hasta dejarlo en ruinas.
La situación, además, tiene pocos visos de cambiar a corto plazo, debido a que sigue sin haber demanda de viviendas. La realidad es que de 2016 han transcurrido ya dos meses y no se ha concedido ninguna licencia, mientras se mantienen inmuebles sin terminar, por ejemplo en el cruce de la calle Padre Poveda y Caramanchel.
