El paro convocado en la tarde de ayer por los comerciantes y hosteleros del centro de Alcoy registró un seguimiento masivo. Un 90% de los establecimientos echaron el cerrojo, en un acto reivindicativo que incluyó el apagón de los escaparates y rótulos, así como una concentración en la plaza de España. El sector reclama medidas que contribuyan no sólo a mejorar la actividad comercial, sino también la situación del casco antiguo en general.

El comercio y la hostelería del centro de Alcoy protagonizó en la tarde de ayer un paro masivo, en lo que se configura como el primer paso de una campaña contra la grave crisis por la que atraviesa el sector en esta zona de la ciudad. Según hacían notar los profesionales en un cartel que lucen los escaparates, a lo largo de los últimos 30 años son 178 los establecimientos que han desaparecido, mientras que en otros barrios, como el Ensanche, la reactivación ha sido evidente.

El sector reclama la puesta en marcha de una serie de medidas que ayuden a que se produzcan cambios morfológicos y estructurales, que lleven no sólo a una mejora de la actividad comercial, sino que también potencien las infraestructuras, la arquitectura y la sostenibilidad del barrio.

Entre otras cuestiones, comerciantes y hosteleros solicitan una normativa específica de cascos históricos que facilite la apertura de los establecimientos, así como la puesta en marcha de programas de ayudas para la rehabilitación de viviendas y locales.

También piden medidas directas de dinamización comercial para la apertura de nuevos comercios y la consolidación de los existentes, y la implantación de lo que denominan «locomotoras comerciales» que ayuden a atraer al público.

De igual forma, plantean actuaciones inmediatas para frenar la degradación de diversos espacios, y la implantación de la policía de barrio y de proximidad.

Otras peticiones que están encima de la mesa son la creación de zonas de preferencia de viandantes, la reducción del tráfico rodado, limitaciones de velocidad, adecuación de espacios de estacionamiento de vehículos y la implantación de un transporte público sostenible.

Para llevar a cabo todas estas actuaciones, el sector reclama la implicación del conjunto de las administraciones públicas relacionadas con la materia, ya sean municipales o autonómicas.

Con estos antecedentes, el paro convocado en la tarde de ayer tuvo un seguimiento masivo. La práctica totalidad de establecimientos echaron la persiana a las cinco de la tarde, configurando una imagen totalmente inusual para una jornada laborable. Las calles de San Nicolás, San Lorenzo, País Valencià y Santo Tomás, principales arterias del casco antiguo, mantenían comercios, bares y restaurantes cerrados, para sorpresa de los viandantes que desconocían que se iba a llevar a cabo esta movilización.

La imagen alcanzó todavía mayor expresividad reivindicativa con la llegada de la noche, toda vez que los comercios mantuvieron sus escaparates apagados.

Numerosos comerciantes y hosteleros se dedicaron durante toda la tarde a recorrer las principales calles de la zona, explicando a la gente los motivos que les habían llevado a tomar esta iniciativa.

Guadín García manifestaba la necesidad de «poner en marcha un plan especial que facilite la apertura de los comercios», mientras que Antonio Navarro y Marisa Lluch reclamaban una mejora de la seguridad. Galo Pereda, por su parte, reivindicaba «una normativa sectorial adecuada a los cascos antiguos», y José Ernesto Nadal resaltaba la importancia de los comercios «para dar vida al centro y atraer a los vecinos».

Los vecinos de la zona, muchos de los cuáles desconocían la movilización, mostraban su sorpresa al encontrarse con la actividad paralizada. Con todo, respaldaban las reivindicaciones de los profesionales, como era al caso de Georgina Gironés, que tras lamentar que «los comerciantes sólo encuentran problemas a la hora de abrir sus negocios», destacaba que el centro se está quedando vacío de vecinos. «Las casas sólo se llenan en Fiestas», lamentó.

La protesta concluyó con una concentración en la plaza de España, a la que acudieron alrededor de 150 personas, la mayor parte comerciantes y hosteleros, aunque también algunos vecinos se sumaron a la iniciativa.

El presidente de Alcentro, Álex Cerradello, expresaba su satisfacción por el seguimiento del paro, destacando que «pone de manifiesto que tenemos un problema enquistado en el centro, al que hay que poner soluciones». En este sentido, manifestó que tanto las asociaciones de comerciantes como el propio Ayuntamiento «están adoptando medidas, pero a la vista está que son insuficientes, porque los comercios siguen cerrando o marchándose a otros barrios de la ciudad. Llevamos mucho tiempo en Alcoy hablando de cuestiones como la Canal o el hotel de la Font Roja, mientras otros problemas sangrantes como el nuestro van a más».

Por ello, resaltó la necesidad de poner en marcha «soluciones potentes», advirtiendo además que «mientras no exista un proyecto serio de revitalización del centro de la ciudad vamos a seguir con las movilizaciones».