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Alcoy

La sangría del comercio del centro

El casco antiguo pierde 178 tiendas en 30 años y los profesionales piden la intervención urgente de las administraciones

Alcentro ha colocado carteles en los comercios para denunciar la situación. JUANI RUZ

Hace pocas semanas, Ultramarinos Bardisa, de San Francisco, cerraba sus puertas tras 102 años de actividad; en fechas próximas, Ultramarinos Bardisa de San Nicolás se traslada al Ensanche, abandonando el lugar en que abrió en 1935. ¿Los motivos? En el primer caso, la jubilación; en el segundo, la falta de vecinos. «Estamos convirtiendo el centro de Alcoy en un Sambódromo, como el de Río: llegan las Fiestas y nos volvemos todos locos; se acaban y nos vamos todos», lamenta Alex Cerradelo, presidente de Alcentro, la asociación comercial y de hostelería del centro.

La acumulación de cierres y traslados en los últimos dos meses, ha disparado la alarma entre los profesionales, que denuncian que en los últimos 30 años han desaparecido 178 comercios de la zona. «Desde la rehabilitación de las aceras del centro y la reforma del alcantarillado; fueron obras muy buenas, pero después tenía que haberse hecho algún plan de apoyo al comercio. Luego, han ido pasando legislaturas y ni desde la Generalitat ni desde el Ayuntamiento se ha hecho plan alguno para detener la sangría», explica Cerradelo.

La realidad es que poco a poco, día a día, el comercio del centro ha ido perdiendo peso, sin que esta tendencia se haya revertido. «Ahora desde el Ayuntamiento se han propuesto ayudas para rehabilitar viviendas, lo cual está muy bien, pero estamos en un punto en que hace falta algo más y desde más administraciones», subraya. Uno de los principales problemas radica en la falta de población: «País Valencià está habitado en la parte alta, pero en San Nicolás vive muy poca gente y al final nos hemos dado cuenta que en las calles donde hay comercios hay animación; en caso contrario se muere, como ha ocurrido en San Francisco. El comercio tiene, por tanto, una función social y por ello pensamos que las asociaciones de vecinos, el Ayuntamiento y otras administraciones tenemos que sentarnos, tomarnos en serio el tema y decidir acciones. Ahora tenemos la colaboración interesada de la concejal de Comercio, Vanesa Moltó, pero este no es un problema de concejal, sino de una política de ciudad y con el apoyo de la Generalitat, aprovechando que ahora hay nuevos aires».

Cerradelo, al igual que Manolo Gomicia, teniente de alcalde de Urbanismo, lamenta el precio «imposible» de los alquileres en el centro, en el que los propietarios piden cantidades que se consideran excesivas por los locales. Además, los comerciantes también cuestionan las directrices que fijan los técnicos municipales para las licencias, algo que también critican desde hace años los hosteleros. «Nos piden aseos para minusválidos en locales de pocos metros, como si fuera un edificio nuevo en el Ensanche», afirman desde la hostelería.

En este contexto, Alcentro está preparando una campaña de actividades divulgativas y reivindicativas que se irán concretando en fechas próximas. De momento, ha colocado carteles en los comercios denunciando la gravísima crisis que se vive y animando a los profesionales a continuar.

Entre tanto, en los últimos días Paris Chic, un «clásico» de la moda local ha echado el cierre, como la santería de Mossèn Torregrosa, mientras las sombrerería del Parterre ha mutado al Ensanche.

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