La restauración de la plataforma del puente de San Jorge de Alcoy, que acaba de cumplir 90 años, está terminada, a falta del asfaltado que, previsiblemente, se acometerá tras las Fiestas de Moros y Cristianos, o sea durante el mes de mayo, según explica el concejal de Obras y Servicios, Jordi Martínez. Sin embargo, los trabajos no finalizarán aquí, toda vez que el Ayuntamiento prepara una segunda fase, que consistirá en la restauración de los grandes pilares del puente, que «no necesitan una gran actuación, pero sí limpieza y mantenimiento», resalta.
Después de décadas de espera, el Ayuntamiento, tras haber intentando en vano conseguir fondos de la Generalitat Valenciana y otras administraciones, decidió acometer por su cuenta y con cargo a recursos propios la restauración del puente. El principal problema se venía generando desde décadas atrás y consistía en la degradación de las balaustradas, que se descomponían por causa de un problema similar al de la aluminosis. Finalmente, el pasado verano, con un presupuesto de 360.000 euros, la reparación se ponía en marcha y se ejecutaba aprovechando el mes de agosto, lo que ha contribuido a consolidar las pasarelas, pero también a mejorar la estética (aunque a alguna formación, especialmente al PP; no le gustó el color).
En estos momentos, resta por asfaltar la plataforma, un proyecto que el gobierno municipal prevé vincular a la calle Santo Tomás, cuyo firme presenta múltiples deficiencias. «Lo aplazamos para después de Navidad porque nos lo pidieron los comerciantes, por lo que ahora vamos a licitarlo. Lo más probable es que lo hagamos después de las Fiestas de Moros y Cristianos, de cara al verano como hicimos el año pasado», resaltó el edil. La configuración está ya concretada, como se viene informando, y habrá dos carriles, uno en cada sentido, con aceras más anchas.
Una vez este trámite quede completado, el gobierno local, señala Martínez, pretende acometer la segunda fase, que no es otra que la intervención en las grandes pilastras del puente, que alcanzan hasta los 42 metros de altura. «Estructuralmente, no necesitan una gran intervención, sino que solamente hace falta limpieza y mantenimiento, saneando algunas grietas y desperfectos ocurridos con el paso de los años», agrega.
La actuación tendría como finalidad evitar filtraciones, limpiar los arcos y «en suma, trabajar en el mantenimiento para evitar su deterioro. Será la mejor manera de cerrar el proyecto», recuperando la estética y salvaguardando una construcción que es icono de la ciudad.
Todavía no está definido el presupuesto, que se tendrá que licitar, pero el Ayuntamiento entiende que puede requerir una inversión en torno a 1 millón de euros. «Un informe técnico nos reveló que dejar el puente en condiciones costaría unos 2 millones y entre todo, al final será lo que costará». La intención del gobierno de Antonio Francés apunta a que este proyecto se ponga en marcha apenas concluya la fase de asfaltado y reparación de la plataforma, completándose en 2017.
