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El adelanto de la floración y la sequía ponen en riesgo dos millones de kilos de almendras

El peligro de heladas y la ausencia de lluvias comprometen la cosecha en la provincia justo cuando el sector disfruta de los mejores precios

Almendros en plena floración en una imagen captada ayer en la pedanía contestana de Penella. JUANI RUZ

El adelanto de la floración y la sequía están poniendo en riesgo una cosecha de más de dos millones de kilos de almendras en la provincia. El peligro de heladas y la persistente falta de lluvias comprometen la producción, justo cuando el sector está viviendo un momento dulce a nivel económico como consecuencia de los elevados precios que se están pagando en la actualidad por este producto agrícola. El volumen de negocio previsto para esta campaña es de cuatro millones de euros, aunque ahora mismo se encuentra en peligro por las citadas adversidades climatológicas.

El cálido invierno, con temperaturas muy por encima de lo normal para esta época del año, está teniendo consecuencias negativas para la agricultura de la provincia. Una de ellas es la floración de los almendros, que se ha adelantado veinte días respecto a lo que es habitual.

Ángel Moyá, de la cooperativa de frutos secos La Trencadora de Castalla, destacaba que «la variedad "desmai" es la que que ha sido más precoz, pero a este ritmo a mitad de febrero todas habrán florecido, lo que no es ni mucho menos bueno».

Y es que los cultivos van a quedar expuestos a la posibilidad de que se produzcan heladas, lo que podrían tener consecuencias devastadoras para una cosecha que para este año se calcula en unos dos millones de kilos en el conjunto de la provincia.

Otro de los factores climatológicos que no está acompañando a este sector agrícola es la persistente sequía. «Hace mucho tiempo -enfatizaba Moyá- que no llueve, y si persiste la situación los cultivos lo van a pasar muy mal. De hecho, habrá árboles en los que las almendras no llegarán a madurar, en una situación que ya venimos arrastrando en estos dos últimos años».

Todo esto se produce, desgraciadamente, justo en el momento en que el sector está viviendo un momento dulce a nivel económico, con precios bastante más elevados de lo que venía siendo habitual. «Nos encontramos en un contexto en el que existe más demanda que oferta y, lógicamente, eso se nota en los precios. Podemos decir que después de pasar una larga temporada en que la cotización estaba por los suelos, en estos momentos, por fin, resulta rentable el cultivo de las almendras, aunque desafortunadamente las condiciones meteorológicas no nos están acompañando».

De hecho, el volumen de negocio previsto para esta campaña, atendiendo a la envergadura de la cosecha, es de cuatro millones de euros, cantidad que lógicamente también se encuentra en estos momentos a expensas de lo que suceda finalmente con las heladas y las lluvias.

Dos euros

Cabe recordar que el año pasado los precios de las almendras llegaron a alcanzar los dos euros y medio por kilo, aunque conforme avanzó la campaña se situó en el entorno de los dos euros, cifra que también se estima para el ejercicio actual.

La subida de los precios, que benefició a los agricultores, tuvo sin embargo su parte negativa en el incremento de los robos en el campo, lo que obligó a la Guardia Civil a reforzar la vigilancia e incluso en algunos puntos, como en la Vall de Seta, se llegó a plantear la contratación de guardas privados.

Pese a las incertidumbres que rodean la campaña que ahora se inicia, Ángel Moyá quiso mostrarse optimista respecto al futuro. «Vamos a confiar en que las heladas pasen de largo y que por fin pueda llover. Si se registrasen precipitaciones lo suficientemente importantes antes de mayo todavía se llegaría a tiempo para salvar la cosecha. No es normal ni bueno el tiempo que estamos teniendo, pero esperamos que afecte lo menos posible y los resultados sean positivos para el sector», concluyó.

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