La recreación histórica del Camí del Peix que pretenden hacer varios enamorados de la época romana el 27 y el 28 de febrero no promete ser menos dura que cualquier prueba deportiva de fondo.

Sus más de 15 participantes recorrerán 25 kilómetros de caminos escarpados y montañosos que conectan La Vila Joiosa con Alcoy. Algunos de ellos irán vestidos de civiles, otros de políticos pero, sobre todo, habrá legionarios con más de 20 kilos a la espalda, ya que en la época romana que tratan de reconstruir, posterior a la reforma militar del general Mario, los soldados dejaron de utilizar mulas de carga y pasaron a portar todo el campamento encima, por lo que algunos se burlaban y los llamaban «las mulas de Mario».

Una anécdota que recuerda con una sonrisa Antonio Espinosa, arqueólogo municipal y director del Museo de La Vila Joiosa (Vilamuseu), institución que, junto a la Asociación de Hispania Romana y al Museo de Alcoy, impulsa esta actividad. El propio Espinosa ha sido uno de los encargados de trazar los tramos del Camí del Peix que van a poder recorrer, ya que en algunos de ellos la tierra ha sido sustituida por el hormigón de las carreteras más actuales, no aptos para determinados tipos de calzado romano, sobre todo el de los legionarios.

Y es que estos militares utilizaban las «caligaes»: sandalias con clavos que el propio Antonio Espinosa ha usado en entrenamientos previos en esta milenaria senda, que se utilizaba para trasladar mercancías desde el puerto de Alon (nombre que recibía antiguamente La Vila) hasta el pablado íbero de la Serreta (Alcoy). «Es un calzado muy cómoda y aunque cuando te las pones crees que se te van a meter piedras en la suela, no es así. Estaban diseñadas con tanta precisión para asegurar el confort como el que ahora buscan los diseñadores de Nike», argumenta Espinosa.

Para recrear los zapatos de la época los promotores de esta actividad cuentan con el apoyo del Museo del Calzado de Elda. Según el arqueólogo municipal de La Vila, los detalles son esenciales en esta actividad, «ya que esto no es un evento festivo en el que todo vale; se trata de una experimentación histórica en la que viviendo como los romanos tratamos de entender diferentes aspectos de sus maneras de actuar, que se convierten en datos muy valiosos para nuestras investigaciones», detalla.

Espinosa recuerda que La Vila lleva años organizando Festum Alonis (Fiesta de Alón). En este festival cultural vilero se recrea, durante 3 días, la vida romana tanto militar como civil, con el máximo grado de fidelidad. En la línea de este evento, la Asociación de Hispania Romana, que se mueve a escala nacional, les propuso realizar esta marcha invernal, que cada año llevan a cabo por uno de estos caminos romanos que todavía se conservan en nuestro país.

Cada uno de las vestimentas que utilizan pueden llegar a costarle hasta 1.000 euros, especialmente las de los legionarios. Sus participantes, según Espinosa, suelen comprar el material por Internet, que fabrican artesanos especializados en recreaciones que basan en lo que se encuentra en los yacimientos. En este caso recrearán tropas Sertorianas, que frecuentaban la costa alicantina en el siglo I antes de Cristo.

En el camino harán parada en las localidades de Orxeta, Sella, Relleu, Torremanzanas, Benifallim, Penáguila y Alcoy. En cada una de ellas llevarán a cabo una actividad diferente: teatralizaciones, actividades para los niños e, incluso en Relleu acamparán al más puro estilo romano.

Espinosa anima a cualquier excursionista a que les acompañen. Eso sí, los invitados irán unos metros atrás, para que no rompan con la magia de esta fiel reproducción.