El Ayuntamiento de Ibi y la Cámara de Comercio e Industria de Alicante tienen prácticamente cerrado un acuerdo para reconducir el vivero industrial de la villa juguetera, que no ha ofrecido los resultados que se habían previsto. De hecho, de las 22 naves originales apenas hay ocupadas cinco en la actualidad y la segunda fase de 16 recintos más, a los que se sumaba un centro de servicios de 1.000 m2 no ha llegado a desarrollarse. Ahora, la Cámara cederá al Ayuntamiento la gestión de diez naves y devolverá el suelo no utilizado, a la vez que se reduce el plazo de la contrata general, según ha explicado la teniente de alcalde Amparo Pina.
Muy distantes quedan las imágenes de la primera piedra del proyecto, con el presidente de la Cámara Fernández Valenzuela, el conseller Vicente Rambla y la alcaldesa Mayte Parra, entre otros, en una mañana de principios de octubre. Aquel día se lanzaba un ambicioso proyecto que iba a configurar «el vivero industrial más grande de España jamás construido por las cámaras de comercio», según se manifestó entonces.
En una primera fase, que se ejecutó rápidamente, la Cámara construyó 22 naves en el nuevo polígono de Ibi, con una inversión de 2,4 millones, de los que la Fundación INCYDE aportó un millón de euros y el Ministerio de Industria 462.800. El Ayuntamiento, por su parte, facilitó los 18.000 m2 de suelo. Las naves se dirigían a nuevas empresas de diversa índole para facilitar su puesta en marcha, pero de manera especial a iniciativas de «jóvenes y mujeres, o a colectivos afectados por reconversiones». Por último, se planteaba el posible traslado de pequeñas empresas situadas en el casco urbano con dificultades para su ampliación.
La realidad es que, según explican fuentes municipales, el proyecto nunca ha ofrecido los resultados esperados; de hecho, en la actualidad apenas hay cinco naves ocupadas. Además, la crisis económica y la particular de las cámaras acabó impidiendo que se pudiera abordar la segunda fase, que quedó en nada.
Ahora, según explica Amparo Pina, responsable del área de Urbanismo, el Ayuntamiento y la Cámara tienen cerrado un acuerdo para reconsiderar el proyecto. De esta forma, se consolida el olvido de la segunda fase, en tanto se toman decisiones sobre lo ya existente. Así, diez de las naves pasarán a ser gestionadas por el Ayuntamiento, que asumiría los posibles beneficios; en principio, son un grupo de inmuebles de los que están en desuso en la actualidad.
En segundo lugar, la Cámara devuelve a la administración municipal los 8.539,55 m2 de suelo que no ha utilizado, que el consistorio prevé destinar a equipamiento para la zona, pero sin concreción por el momento. Por último, se reduce la concesión global a la Cámara, que era de 30 años y pasa a ser de 18.
Ambas instituciones, además, acuerdan colaborar en la gestión de la naves, especialmente en cuanto a su promoción, pero de entrada se dará preferencia al Ayuntamiento, todo ello, subraya Pina, en un intento de sacar el máximo rendimiento posible a la instalación.
