Las conversaciones en las salas de espera del Hospital Virgen de los Lirios, de Alcoy, son bastante coincidentes en los últimos días: «he tenido que aparcar lejísimos, después de dar catorce vueltas», dado el colapso total de las plazas de estacionamiento en las inmediaciones del recinto sanitario, qua atiende a más de 130.000 usuarios de las comarca de l'Alcoià, El Comtat y la Foia de Castalla.
La Zona Norte de Alcoy no es ajena a cualquier otro barrio moderno, en el que la proliferación del parque de vehículos desborda el estacionamiento. La construcción del nuevo colegio Miguel Hernández justo al lado del Hospital, motivó la habilitación de una zona de estacionamiento, que ahora se convierte en el primer objetivo de los conductores, a raíz sobre todo de la apertura del puente del Viaducto.
En esta zona, entre el colegio, la calle Santa Teresa de Jornet y la rotonda de la plaza Alcalde Agustín Albors, no suele ser difícil aparcar por las mañanas, coincidiendo con el epicentro de la actividad del Hospital, entre los convalecientes y las consultas externas. Sin embargo, estos últimos días ha sido una tarea imposible. El barrio estaba completo.
Empezando por el estacionamiento en el interior del recinto, completamente colapsado, para continuar con las calles Santa Teresa de Jornet y alcalde Francesc Boronat, que son las más próximas, y seguir con el resto del barrio. Una tarea «casi imposible» para muchos usuarios, que se han visto obligados a «dar vueltas», según sus propias confesiones. «He tenido que aparcar en Juan XXIII, al otro lado del parque», confesaba una usuaria de Radiología, en tanto otro ciudadano relataba las tremendas dificultades habidas, comunes estos días.
De momento, nada se sabe acerca de si los nuevos responsables del Hospital y la Gerencia del Área de Salud se plantean recuperar el proyecto de parque subterráneo, muy controvertido, que se lanzó desde la Conselleria de Sanidad en 2007.
De hecho, en aquel momento, entre una gran polémica ciudadana porque el aparcamiento sería de pago para todos los usuarios, Sanidad llegó a adjudicar su construcción a una UTE integrada por dos empresas y debería haber estado ya en servicio. Por causas nunca aclaradas, jamás acabó por ejecutarse.
