Fue un accidente laboral, pero no por una caída. El infortunado electricista de 42 años que, el pasado lunes, falleció mientras trabajaba en una industria de Ibi no murió tras precipitarse desde la plataforma elevadora, como se apuntó en un principio, sino al aplastarle la cabeza el propio elemento mecánico, según ha revelado la investigación en base al testimonio del otro trabajador y a la reconstrucción de la tragedia, según ha podido saber este diario.
Todo apuntaba, como se informó en la edición del martes, a que la causa de la muerte había sido una caída desde lo alto de la plataforma, y basándose en esta premisa investigó inicialmente la Guardia Civil. Sin embargo, el interrogatorio del otro trabajador -hospitalizado por una crisis de ansiedad- ha dado un vuelco a la investigación, lo que ha sido corroborado en la posterior reconstrucción del suceso.
Así, ha quedado claro que el fallecido, operario de la empresa Julián Grande SL, de Ibi, se encontraba a nivel de suelo, mientra que un compañero de 46 años operaba la plataforma a unos nueve metros de altura. Esto ocurría en las instalaciones de la firma Smurfit Kappa, en el nuevo polígono de Ibi, sobre las diez de la mañana del lunes.
El trabajador de arriba avisó que iba a descender y, según su testimonio, el compañero confirmó, por lo que accionó el pulsador y descendió. Al llegar abajo, se encontró con que la cabeza de su compañero estaba atrapada entre la estructura; acto seguido, accionó el interruptor para que subiera el elevador y pidió ayuda a la empresa. El trabajador había muerto en el acto con la cabeza aplastada, según las informaciones recabadas.
Las investigaciones y especialmente la reconstrucción del suceso han permitido corroborar los hechos, según ha podido saber este diario. Así, expertos de la Inspección de Trabajo y del Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo (Invassat), junto a los investigadores de la Guardia Civil se personaron el recinto y procedieron a la reconstrucción. De hecho, constataron que desde la posición del operador de arriba había un ángulo muerto que impedía ver lo que ocurría a nivel de suelo, lo que corrobora su declaración. Sin embargo, no hay indicio alguno en torno a por qué la cabeza pudo ser atrapada por la estructura, cuando al iniciar la operación de descenso el infortunado electricista estaba fuera. No hay testigos del accidente.
El otro trabajador fue detenido por la Guardia Civil por un presunto delito de homicidio por imprudencia y quedó en libertad con cargos, a la espera de las actuaciones que realice el Juzgado de instrucción número 2 de Ibi que ha asumido la investigación, que por el momento descarta cualquier intencionalidad.
