Los Reyes Magos permitieron ayer, por primera vez, que su campamento en el Preventorio pudiese ser visitado. La curiosidad junto a la ilusión de niños y adultos llevó al paraje a una multitud de más de 5.000 personas que superó todas las previsiones de la organización.

Mucho antes de que saliese el primer autobús, a las 9.45 horas, numerosas personas aguardaban para ser los primeros en visitar el campamento de los Reyes Magos en el Preventorio. Minutos después, la cola daba la vuelta a la manzana de El Teix, llegando a juntarse en la parada.

El novedoso acontecimiento, asimismo, hizo que muchos subiesen al paraje andando y otros en coche hasta la mitad del camino, en este caso, por el acceso que hay próximo a la urbanización Baradello.

Una vez allí, los visitantes recorrieron el camino marcado por la Asociación Cultural Samarita, promotora de la iniciativa, para conocer el campamento y cómo trabajan los ayudantes de Sus Majestades. Una enorme jaima repleta de regalos, montones de paquetes por todas partes, el escribano supervisando las cartas depositadas en las burritas el día de antes y los pajes organizando el reparto dejaron con la boca abierta a los más pequeños, que no daban crédito a lo que estaban viendo. Además, junto a la jaima, los tres camellos de Sus Majestades aguantaron inmóviles la multitud de fotografías que los visitantes realizaron.

En las dos primeras horas más de mil niños pasaron por el campamento, según las cifras facilitadas por el concejal de Fiestas, Raül Llopis, quien apuntó que «esperábamos que subiese mucha gente, pero esto es un no parar». Pese a las colas, el edil aseguró que «todo el mundo está disfrutando, mayores y pequeños».

Por su parte, Gloria Segura, miembro de la Asociación Cultural Samarita, se mostró maravillada con tan gran acogida e insistió en que, una vez pasado el acto, se valorarán las carencias para intentar mejorar las futuras ediciones.

La visita al campamento real, asimismo, tuvo carácter solidario, ya que los niños tuvieron la oportunidad de subir juguetes para donarlos, así como los adultos que subieron en autobús pagaron un euro. La recaudación será entregada al proyecto «Un juguete, una ilusión».