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«Done'm l'asguilando»

La costumbre del aguinaldo es milenaria, se remonta a los cultos precristianos

«Done'm l'asguilando»

«Done'm les estrenes / perquè sé que en té / i si no me'n dóna / no jugue en vosté / no, no, no jugue en vosté» (Fragmento de una «nadaleta» popular de Alcoy).

Según el Diccionario de la Real Academia, el aguinaldo o aguilando (ambos términos aceptados) tiene dos acepciones principales: el regalo que se da en Navidad, en la fiesta de la Epifanía o en cualquier otra fiesta u ocasión; y segundo, un villancico de Navidad. Durante la Edad Media se produce una concurrencia tanto de significantes aguinaldo/aguilando, como de significados, si bien en este caso en principio aludiría a una gratificación, dádiva o presente que se ofrecía en ciertas circunstancias o festividades, especialmente en Pascuas, después se asimilaría a los regalos u obsequios que se recogían tras cantar coplas populares por Navidad, y de ahí por metonimia se pasaría a la denominación de villancico.

Similar significado al del aguinaldo tenía la «estrena»: «dádiva, alhaja o presente que se da en señal y demostración de gusto, felicidad o beneficio recibido», pero no obligatoriamente debía entregarse durante las Navidades. No obstante, la costumbre ha venido a identificar por igual el aguinaldo (y su versión popular de «asguilando») y «les estrenes». Un viejo manual de 1848, titulado también El aguinaldo, aún hacía distingo entre ambos términos: el aguinaldo era «el regalo que se da con motivo de pascuas en la Navidad y días inmediatos», mientras que la estrena no tenía relación con las fechas navideñas. En algunos documentos del pasado alcoyano, por ejemplo, hemos visto hacer mención a «les estrenes» en los presentes que los padrinos hacían a los niños con motivo de su bautizo.

¿De dónde procede el término «aguinaldo/aguilando»? No hay acuerdo unánime entre los lexicógrafos. Covarrubias, en su «Tesoro de la Lengua Castellana» (1611), propuso diversos orígenes, desde el término latino «xenium» («regalo que se daba a los huéspedes»), al hebreo «hagnahal» y el árabe «ganeye» («enriquezer»). Otros atribuyen su origen al término celta «eguinad», con el que los celtas designaban el regalo de año nuevo, un intercambio de presentes como muestra para empezar confortablemente el año. Otros buscan su origen en el francés antiguo «aguilaneuf» o «qui-l'anneuf», en referencia a una costumbre francesa de Año Nuevo semejante a nuestro aguinaldo.

El término «estrena» procede, por su parte, del término latino «strena», cuyo primer significado es, precisamente, presagio o pronóstico; luego se acostumbró a simbolizar los presagios en regalos. El regalo que el padrino o la madrina romanos daban a su ahijado era en forma de mazapán, con una peculiar forma de serpiente, envuelto en una caja que luego servía para guardar los juguetes de los niños romanos. En Roma se institucionalizó esta costumbre de acompañar con regalos («strenae») los buenos deseos y las felicitaciones con ocasión de las fiestas de Año Nuevo y de cumpleaños. Incluso respetaron el culto a la diosa sabina Strenia, diosa de la buena salud y la buena suerte. Según los romanos, esta costumbre se remontaba a Rómulo, uno de los dos fundadores de la ciudad.

A mediados del siglo XVI se popularizó en el Orbe cristiano la costumbre de dar el aguinaldo, un donativo, casi siempre en especie, para ayudar a la cena de la noche de Navidad. En Alcoy los conventos recibían de las autoridades locales algunos presentes en la víspera de la fiesta.

Generalmente eran donativos muy modestos para la cena de Nochebuena, como gallinas, frutos secos y dulces. La costumbre estaba ya tan extendida que en los contratos de aparcería los propietarios exigían a sus colonos la entrega de una contribución en especie (generalmente algún ave de corral) para Navidad.

De estos presentes que se hacían antiguamente, nace también la tradicional cesta de navidad de nuestros días. En la Europa nórdica, los niños van en grupo por las casas, cantan villancicos y reciben una donación en dinero o dulces en una canastilla que usaban los campesinos para la entrega del aguinaldo. Hace unas cuantas décadas, profesiones como serenos, basureros, faroleros y carteros también iban por las casas y comercios solicitando el aguinaldo. Con panderetas, zambombas o botellas vacías para lograr un sonido peculiar, recorrían cantando, deseando un buen año y, a cambio, el tradicional aguinaldo. La semana anterior a Navidad, el sereno pasaba con la felicitación en la mano para cobrar en las casas de su barrio y felicitar las Pascuas. Delante de la estampa que servía de felicitación, figuraban, además de un grabado del propio sereno, algunas alusiones al Nacimiento y a las viandas navideñas; por detrás, traía una composición en verso, casi siempre de mínimo valor literario, de forma que para ponderar la ínfima calidad de una poesía se decía que «parecía el verso del sereno». Los solteros barberos también felicitaban con una estampa. Durante esos días se veían por las calles grupos de pavos conducidos por su dueño que, proveído de su larga caña, repartía su atención entre las aves, a fin de que ninguna de ellas se le extraviara. Los vendían por las casas, después de hablar de precios, de sopesar el peso y del regateo de costumbre en estos casos.

En Santa Pola celebraban el «día de les estrenes», durante el cual los menores paseaban por las calles, de casa en casa para felicitar las fiestas de Nadal y vestían la ropa que acababan de estrenar. Los vecinos les obsequiaban con caramelos o con dinero. Cuando se les abría la puerta, los pequeños recitaban: «Vinc a que me mire per davant i per darrere, i que m'estrene».

Con la llegada de los españoles a las Américas, la costumbre del aguinaldo se extendió también allí. En varios países como Colombia, República Dominicana o México, se conserva esta palabra, pero predominando en ella el significado de obsequio de alimento y bebida a quienes van a felicitar las Navidades. En México, por ejemplo, denominan aguinaldo a un paquete de dulces que se da a los niños en las fiestas de fin de año, al que se agregan frutas de temporada como el tejocote, la caña, naranjas, mandarina, cacahuetes o guindas. En Venezuela, el aguinaldo también significa un regalo navideño y los cantares con alabanzas al Niño Dios.

Aunque la costumbre de «les estrenes» parecía haber quedado reducida hace años al ámbito familiar, desde hace casi dos décadas el Grup de Danses Sant Jordi d'Alcoi ha recobrado el popular «cercavila» del «asguilando» recorriendo el centro de la ciudad para recoger entre comercios y viandantes las «estrenas» que se destinarán a fines benéficos.

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