El Instituto Tecnológico del Juguete (AIJU), con sede en Ibi, ha lanzado una serie de recomendaciones dirigidas al sector juguetero y de fabricantes de productos infantiles con el objetivo de mejorar el etiquetado de dichos artículos, evitar sanciones y, sobre todo, satisfacer las demandas de información de los consumidores y ajustarse a los requisitos que establece la Directiva de Seguridad de juguetes.

AIJU, en este sentido, recomienda a los consumidores comprobar que las siglas CE figuran al menos en el envase exterior y que tienen una altura de letra de, al menos, 5 mm, así como una tipografía correcta. Para los fabricantes, AIJU recuerda que ha de incluirse el nombre y la dirección completos en el propio producto, así como un número de referencia o identificación del artículo. Si se trata de un importador, este debe incluir sus datos, al menos en el envase exterior, y comprobar que el fabricante también ha incluido su reseña en el propio producto.

Además, cuando un artículo no sea adecuado para niños menores de 36 meses, la frase que señala dicha circunstancia debe ir precedida particularmente de la palabra «Advertencia».

Para AIJU, los fabricantes e importadores deben verificar la edad adecuada para el uso del producto y aconseja que se elija siempre el rango más exigente, ya que la tendencia en este aspecto es cada vez más restrictiva por parte de los organismos de inspección y consumo. Además, debe indicar también el peso máximo recomendado.

El etiquetado debe incluir instrucciones de uso, montaje y limpieza en todos los idiomas en los que se va a comercializar el producto. Y en este sentido, el instituto tecnológico es tajante respecto a las traducciones de las frases de riesgo y recuerda la necesidad de que se utilicen las traducciones oficiales aprobadas, que deben transcribirse de manera literal.

Para Juan González, miembro del laboratorio de AIJU, «si se cumplen estas recomendaciones los fabricantes e importadores pueden solucionar muchas de las anomalías que se detectan cuando realizamos ensayos de seguridad». No obstante, advierte que «tanto los requisitos aplicables a un juguete, como las consideraciones relativas al mismo, pueden variar a lo largo del tiempo, por lo que conviene realizar muestreos y revisiones periódicas mediante ensayos de laboratorio».