Castalla viene recuperando parte de su patrimonio cultural desde hace años. Primero fue el castillo, después el aljibe y ahora buscan restos que les ayuden a conocer cómo vivieron los habitantes de la antigua villa situada a los pies de la fortaleza.
Desde hace poco más de un par de semanas han empezado las excavaciones en la zona del aljibe, según apunta el técnico municipal de Patrimonio Cultural, Juan Antonio Mira. La actuación cuenta con un presupuesto de 15.000 euros financiados íntegramente por el Ayuntamiento y lo ha asumido la empresa Arpa Patrimonio.
«En 2013 empezamos a hacer catas y comprobamos que habían varias estructuras, pero los trabajos en el aljibe nos obligaron a retrasar esta actuación -apunta Mira-, ya que la erosión de la ladera y la vegetación de dentro del depósito estaba ejerciendo presión y había riesgo de que se viniese abajo».
Un año después de la consolidación del aljibe, los arqueólogos han reanudado la intervención, la cual consiste en «excavar las estructuras, consolidar los muros, colocar grava de colores (como la del castillo, para identificar la cronología y la cultura a la que pertenecen) e instalar bancos, para que los visitantes puedan hacer una parada antes de llegar al castillo.
Según los primeros indicios, «posiblemente los muros fueran de viviendas, ya que las cerámicas que han ido apareciendo son para la conservación de alimentos: tinajas, escudillas para servir, ollas y cuencos», destaca Juan Antonio Mira, quien hace hincapié en que «no está claro todavía».
Otros datos aportados por el técnico municipal es la cronología, la cual «es la misma que la del castillo». Las estructuras «son de la fase musulmana y aprovechadas posteriormente en época cristiana, así como hay restos de las dos ocupaciones, que van desde el siglo XI hasta el XV.
El codirector de la actuación, José Ramón Ortega, explica que gracias a los trabajos realizados hasta ahora ya pueden empezar a ver cómo vivía la gente en la parte de abajo del castillo, ya que, además, «está saliendo el camino antiguo y empieza a verse las estructuras de la villa».
Los 100 metros cuadrados de superficie en los que están excavando serán repoblados con vegetación autóctona una vez finalice el proyecto. La siguiente fase, para la cual aún no hay fecha, consistirá en «realizar catas en el interior de la pequeña cueva» que hay justo detrás del aljibe, asegura Juan Antonio Mira, así como que «a nivel arqueológico, ésta es la actuación más ambiciosa en la villa, sin contar la del castillo».
