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La pesadilla industrial de Alcoy

Los sucesivos gobiernos de la ciudad han sido incapaces de generar un sólo metro cuadrado de polígono en 15 años

La pesadilla industrial de Alcoy

En los libros de historia figura que Alcoy es una de las primeras ciudades españolas y desde luego la primera de la Comunidad Valenciana que se industrializó, a partir de finales del siglo XVIII y principios del XIX. La zona de El Molinar, hoy una ruina casi completa, albergó las primeras fábricas textiles y papeleras en sentido moderno, aprovechando la energía hidráulica del agua, que generaron riqueza hasta que la normalización del suministro eléctrico provocó su traslado masivo al casco urbano.

Camino de los libros de historia lleva también el desarrollo contemporáneo industrial de Alcoy, pues para encontrar el último metro de este tipo de suelo habilitado en la ciudad hay que retrotraerse nada menos que a quince años atrás, a la consumación del polígono Santiago Payá y a la urbanización de Cotes Altes, detrás de la estación de Renfe. Los sucesivos gobiernos del PP y también los que lleva liderando el PSOE desde 2011 han limitado su balance a estudios de desarrollo o a La Canal, bien en general bien a través del proyecto que impulsa el grupo La Española La Española y a muy poco más.

La creación de la Mancomunidad de l'Alcoià-Comtat hace cuatro años propició la gestación de un polígono de ámbito comarcal; no ha llegado a consumarse el proyecto de l'Almoroig de Muro, que fue la zona considerada idónea, en un proceso en que Alcoy quedó fuera por falta de suelo adecuado. Ahora, se están planteando alternativas para el posible polígono comarcal y la situación se repite: Muro está contemplando los terrenos más adecuados y Cocentaina otro tanto, pero Alcoy se vuelve a autoexcluir ante la carencia de una zona amplia y con posibilidades de urbanización.

Alcoy desarrolló a mediados de los años setenta el polígono de Cotes Baixes como última gran actuación en la ciudad, impulsada desde el Ayuntamiento con el objeto de frenar lo que entonces era ya un problema -el éxodo industrial a la comarca- y dar facilidades a las empresas ubicadas en el casco urbano que tenían dificultades de ampliación o consolidación. En 1995, el gobierno del PSOE de José Sanus empezó a plantear el desarrollo industrial en La Canal, como gran proyecto de futuro; por entonces el PP se oponía de forma rotunda, pero las tornas se cambiarían con el cambio de gobierno de 2000. Así, hoy en día la izquierda se opone tajantemente a urbanizar esta zona para industrias, mientras el PP (y también Ciudadanos) lo apoyan de manera incondicional. En tanto se define el proyecto del grupo La Española «Alcoinnova», que tiene una vertiente política y otra judicial, se cumplen 20 años de debate en torno a esta iniciativa.

Entre todo esto, el 19 de marzo de 1996 ardía Mirofret por los cuatro costados y el proyecto de reconstrucción acababa propiciando el desarrollo de un polígono en la zona de la Beniata, concretamente en la parte baja de la ladera de la Font Roja. De un desastre nacía un polígono que se denominaría Santiago Payá y que acogería Mirofret y a un buen número de empresas. Paralelamente, se desarrollaba otra iniciativa de pequeño formato en el polígono de Cotes Altes, que ha permitido, por ejemplo, la reciente construcción de la sede de Adsalsa.

El último gobierno del PSOE con EU gestionó también el polígono de El Clérigo, más de 100.000 m2 de suelo destinado a conectar el Santiago Payá con la zona industrial del cementerio. Los propietarios urbanizaron la zona y... la dejaron tal cual hasta hoy. Más de diez años de abandono, a pesar de los intentos de los gobiernos del PP de Miguel Peralta y Jorge Sedano y de los posteriores de Antonio Francés.

Todo esto ha acabado provocando que el éxodo de empresas haya seguido; por ejemplo ahora, desde la autovía se puede observar no sólo la gran factoría de Comersan (que estaba junto al cementerio de Alcoy) en Cocentaina sino la más reciente de Multiscan, de La Española, que incluye la firma Nuevos Tratamientos, especializada en cosmética y que se trasladó hace poco desde la Zona Norte porque necesitaba más espacio para su actividad, según ha podido saber este diario.

Además, se cumplen quince años... pero habrá alguna efeméride más. «Alcoinnova» puede acabar construyéndose, en efecto, pero aún tardaría como mínimo dos años, a la espera de que concluyan los procesos administrativos y judiciales en curso, y de que la empresa pudiese ejecutar las obras, una vez obtenidos los permisos necesarios.

Alcoy está gestando nuevos espacios que, de momento, están en el plano de lo intangible y también tardarán en concretarse. De hecho, el gobierno de Francés ha sacado a concurso una operación para determinar la posibilidad de crear nuevo suelo industrial en dos zonas: Pagos, en la entrada sur desde la autovía central, y Santiago Payá, en lo que sería la segunda fase en dirección a Batoy. El Ayuntamiento tiene la intención de ofrecer suelo en Pagos a La Española para su proyecto, algo que no satisface al grupo aceitunero, en tanto que la parte de La Canal en que prevé actuar es de su propiedad.

En este contexto, Alcoy vuelve a quedarse en fuera de juego industrial, al menos para un eventual polígono mancomunado... y por bastante tiempo. De resultar positivos los estudios de suelo, tendrían que redactarse con un planeamiento propio y concluirse, lo cual en tiempo administrativo supone años... Así las cosas, los 15 años pueden llegar a ser perfectamente 17 o incluso alguno más, si se tiene en cuenta que tendrían que ejecutarse obras de acondicionamiento.

Por tanto, la ciudad industrial decana de la Comunidad Valenciana ha visto desaparecer fábricas emblemática en los últimos años, como el grupo Monllor en Cervantes o La Estambrera junto al puente de San Jorge, mientras el desarrollo ha sido prácticamente nulo. Y las perspectivas de que esto se revierta a corto plazo son ínfimas.

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