La colonia de buitres situada en las antiguas canteras de Sant Cristòfol, en Mariola, se ha convertido a su vez en un reclamo para las aves de esta especie en su camino desde el Pirineo y el Sistema Central hacia África. La asociación Fapas-Alcoi ha capturado en los últimos días nada menos que 40 ejemplares, a los que ha marcado y anillado antes de ponerlos de nuevo en libertad para que prosigan su peregrinación.
Fapas-Alcoi lleva aplicando con éxito desde 2010 el denominado Projecte Canyet de reintroducción del buitre leonado en la Sierra de Mariola, que ha permitido contar con una población estable de un centenar de ejemplares. La existencia de esta colonia se ha convertido a su vez en un reclamo para las aves de otros lugares en su migración desde el norte de la península hacia tierras africanas.
La captura de los buitres foráneos se ha llevado a cabo con la pertinente autorización de la Conselleria de Medio Ambiente, en el aviario de aclimatación situado en las canteras de Sant Cristòfol en Alcoy y utilizando la comida como cebo. Según informaba el coordinador del Projecte Canyet, Álvar Seguí, los animales marcados son en su mayoría ejemplares jóvenes nacidos a principios de la primavera de este año.
En los trabajos de anillamiento y marcaje han participado miembros de las universidades de Alicante, Murcia y Miguel Hernández de Elche, así como alumnos de escuelas forestales, miembros de la Sociedad Española de Ornitología de Alicante y del grupo de anilladores GALA-Alicante.
El método novedoso usado por Fapas-Alcoi para identificar individualmente cada buitre liberado -por medio de marcas alares fácilmente visibles a distancia pero que no afectan al comportamiento de los animales- ha suscitado el interés de otras ONGs, que quieren conocer la metodología empleada en este caso y su posible utilización en otros proyectos comparables, como es el caso del control de las poblaciones de quebrantahuesos.
Además de incorporar nuevos ejemplares al programa de seguimiento científico del Projete Canyet, también se podrá obtener información sobre el comportamiento de estas aves, sus desplazamientos y nidificación. «Gracias a las marcas y las anillas podremos recibir información de toda clase de colaboradores presentes en el campo, desde los agentes forestales, pasando por agricultores y excursionistas», dijo.
