Ibi vivió ayer el día grande de sus Fiestas de Moros y Cristianos en honor a la Mare de Déu dels Desamparats, y lo hizo de una forma espectacular y multitudinaria. El incremento del 10% en el censo de festeros se dejó notar en la calle, con unos desfiles que contaron con la participación de nada menos que seis mil personas, incluyendo las numerosas bandas de música. El protagonismo se lo llevaron por encima de todo los boatos de los Contrabandistas y los Piratas, que este año ostentaban las capitanías de sus respectivos bandos.

Las Fiestas de Moros y Cristianos de Ibi se presentaban este año marcadas por el aumento del número de festeros, que tras una subida del 10% ha quedado situado en alrededor de 2.000 personas. Habida cuenta que el principal incremento se había registrado en el bando cristiano, la Federación de Comparsas optó por retrasar media hora el inicio de la Entrada Mora, en previsión de que la finalización del desfile de la mañana hubiera podido retrasarse. Al final, no fue el caso, entre otras cosas gracias a la organización, toda vez que la Entrada de los defensores de la cruz transcurrió compacta y a buen ritmo.

Abrieron la comitiva cristiana los Contrabandistas, que este año ostentan la capitanía. Fue el suyo un boato marcado por los inconfundibles distintivos de la comparsa, tanto en lo que respecta a la vestimenta como a la música. Las escuadras, tanto de hombres como de mujeres, se fueron sucediendo sin solución de continuidad bajo un ritmo alegre y festivo, destacando también la gran cantidad de caballos que contribuyeron a realzar el desfile. Destacó, en este sentido, un llamativo baile protagonizado por una andaluza y un jinete a caballo, a los sones interpretados por una formación de violines.

El capitán, Vicente Martín Pina, apareció a bordo de una carroza rematada por una cruz de cruce de caminos y un olivo. En su traje predominaba el negro, con el contraste de la faja carmesí y los bordados del chaleco en tonalidades marfil. Como es habitual, uno de los momentos más emotivos fue cuando el comandante de las huestes de la cruz recibió las llaves de la villa ante las puertas del Ayuntamiento. Una atronadora ovación acompañó el mágico instante. También destacó en la comitiva la abanderada, Sonia Martín, que desfilaba en lo alto de una carroza en la que sobresalía un enorme ramo de flores.

La Entrada Cristiana prosiguió al paso de los Maseros, Templarios, Cides, Mozárabes, Almogávares y Guerreros, que también hicieron disfrutar al público con espectaculares escuadras.

Tras el descando para comer, le correspondió el turno al bando moro. En este caso arrancaron el desfile los Piratas, encargados de ostentar la capitanía. Fue el suyo un boato que rebosaba exotismo oriental por los cuatro costados, eso sí, sin perder de vista los símbolos de la comparsa, reflejados en los barcos piratas que hicieron las veces de carrozas.

Cuatro escuadras abrían la comitiva, antes de la irrupción de un original ballet mixto que simulaba las olas del mar. Fue el brillante preámbulo del capitán, Valentín Sarabia Tolmos, que como no podía ser de otra forma apareció en lo alto de un barco luciendo un llamativo y al mismo tiempo elegante traje en el que predominaban las tonalidades en negro y oro. A sus pies, una danza de máscaras le abría paso.

La Entrada Mora se completó con la entrada en escena de las comparsas Argelianos, Chumberos, Tuareg, Mudéjares, Almorávides y Beduínos.

En la tribuna de autoridades destacó la presencia por la mañana del conseller de Economía Sostenible, Rafael Climent, junto a distintos diputados autonómicos y provinciales. El alcalde, Rafael Serralta, desfiló al frente de una escuadra de los Contrabandistas.

En la jornada de hoy destaca a las 10 horas la misa del Fester y a las 11,30 el Desfile Infantil. A las 17 horas habrá Alardo, a las 18,30 Embajada y a las 21 Procesión.