La cosecha de cereales de la provincia ha sufrido pérdidas de 1,6 millones de euros, debido a las altas temperaturas registradas en momentos claves de la campaña. La producción, en concreto, ha caído un 30%, lo que supone 9.600 toneladas menos de lo previsto en un principio. Los agricultores esperaban resarcirse este año de los catastróficos resultados del ejercicio anterior, pero al final no va a ser posible.
Tal y como informó en su momento este diario, el sector de los cereales de la provincia vivió en 2014 un año negro debido a la fuerte sequía, que redujo la cosecha un 80%.
Las esperanzas de los agricultores, por tanto, estaban depositadas en la presente campaña, que en principio se presentaba con unas previsiones más optimistas debido a que las lluvias, sin llegar a lo que es normal para estas latitudes, sí que habían sido superiores a las del año pasado. Sin embargo, otro fenómeno climatológico adverso ha venido a frustrar este optimismo.
Y es que las altas temperaturas registradas en momentos claves de la campaña han reducido la cosecha de manera ostensible. Gonzalo Cots, responsable del sector de herbáceos en La Unió de Llauradors, manifestaba que la producción ha caído alrededor de un 30%, lo que supone 9.600 toneladas de cereales. En el aspecto económico, este descenso representa unas perdidas de 9.600 toneladas.
La afección, con todo, ha sido irregular. Segén reseñaba Cots, «la zona que más ha sufrido es la del Alto vinalopó, puesto que allí las lluvias han sido también más reducidas. En la zona de l'Alcoià y El Comtat, en cambio, el cultivo ha evolucionado mejor, aunque también registramos algunos daños como consecuencia del pedrisco».
El reprsentante sindical lamentaba lo sucedido, sobre la base de que «al principio todo pintaba bastante bien y los creales tenían buen aspecto, pero en 15 días todo se fue al traste».
Los cultivos más afectados han sid0 los del trigo, cebada y avena, que también son los mayoritarios en el conjunto de la provincia de Alicante.
