El físico Juan Ignacio Cirac fue investido ayer doctor honoris causa por la Universidad Politécnica de Valencia, durante el acto de inauguración del curso. Cirac dirige la División Teórica del Instituto Max-Planck, el buque insignia de la investigación de excelencia alemana, y es experto en física cuántica y uno de los autores más citados en su campo, el mundo de lo microscópico, «distinto, muy extraño y que sólo vemos con equipos extraordinarios», como él mismo resaltó. Además, fue premio Príncipe de Asturias en 2006 con tan sólo 41 años, en 2010 recibió la prestigiosa Medalla de Benjamin Franklin y, en 2013, fue galardonado con el premio Wolf en Física, considerado la antesala de los Nobel.

El físico aseguró que «si conseguimos tener acceso y dominar los elementos como hacemos con el mundo macroscópico, podremos, por ejemplo, procesar y enviar grandes cantidades de información de manera más eficiente, más barata y completamente segura, de forma que ningún hacker la podría descifrar». De acuerdo con sus teorías, en un futuro, no muy lejano, se podrá construir un computador cuántico, dotado con una potencia infinitamente mayor que la de un ordenador actual». c. s.