Los alojamientos rurales de la provincia de Alicante han empezado a remontar la crisis y para este mes de agosto esperan una ocupación cercana al 65%. La dinámica positiva en la que se encuentra inmerso el sector turístico a nivel general y la organización de festivales de música en municipios del interior son factores que están contribuyendo de manera decisiva a dejar atrás los pírricos porcentajes de apenas el 40% de los últimos veranos.
Los alojamientos rurales están empezando a ver la luz al final del largo túnel que han tenido que atravesar coincidiendo con el período más crudo de la crisis económica. Pese a que las mejores épocas para este tipo de establecimientos son la Semana Santa, las fechas navideñas o los puentes, no era en absoluto normal que en plena campaña veraniega la ocupación apenas alcanzara el 40%.
Las cosas, sin embargo, han empezado a cambiar y para mejor. Según la información facilitada por fuentes del sector, en esta ocasión el porcentaje se va a mover alrededor del 65%, lo cual supone un incremento notable en relación a los últimos ejercicios.
A la hora de concretar las razones por las cuáles se ha producido esta remontada, las mismas fuentes se refirieron a la dinámica positiva que vive el sector turístico a nivel general, por medio de la cual los hoteles de la Costa Blanca prevén superar este verano una ocupación del 90%.
Otro de los factores que están contribuyendo de manera positiva al cambio de tendencia son los festivales de música que están proliferando en los municipios del interior, y que atraen a visitantes de todo el país. Este es el caso de Leyendas del Rock en Villena, o el Marearock, que esta próxima semana se celebrará en Ibi. Muchos alojamientos rurales situados alrededor se benefician de las sinergias y logran incluso llenar sus plazas durante varios días.
Con todo, el nivel de ocupación es desigual dependiendo del tipo de establecimiento y la ubicación. Hay establecimientos que, además de su calidad, se benefician de estar situados en el corazón de espacios naturales tan atractivos como la Font Roja. Este es el caso de la casa rural Bonsaires, cuya propietaria, Pilar Soler, reconocía que siempre registran una alta actividad en verano, y en gran parte de clientes procedentes de distintos países europeos.
