Las 175 fiestas de moros y cristianos de la Comunidad Valenciana son, desde hoy, Bien Inmaterial de Relevancia Local, lo que implica una protección oficial, otorgada por la Generalitat Valenciana. Esta iniciativa, por la que ha luchado tres años la UNDEF, facilitará que celebraciones individuales o actos concretos puedan ser declarados BIC, pero también que se desbloquee la propuesta de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, paralizada en el Congreso, precisamente por la falta de una resolución autonómica.

El DOCV publicó ayer la resolución con la Orden de la Conselleria de Educación, Cultura y Deportes con la resolución, que es efectiva desde hoy mismo, por lo que está en vigor. La medida abarca a las 175, pero también significa que «no ha de resultar óbice para que aquellas que cumplan los requisitos que en su día establezca la comisión consultiva... puedan tener un reconocimiento individualizado como Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial.

Para la aplicación de esta protección, se crea una comisión integrada por cinco miembros y adscrita a la Dirección General de Cultura, que establecerá los criterios para el reconocimiento como BIC en aquellos casos de «especial relevancia y significación para el patrimonio cultural valenciano. Los integrantes serán un representante de la UNDEF, otro de la FVMP, un tercero del Consell de Festes Tradicionals y dos representantes de la dirección de patrimonio cultural.

Además, la Orden reconoce que «la gestión del patrimonio cultural, protegido por esta declaración... corresponde a las propias asociaciones festeras y a los ayuntamientos, en su caso. Además, la Generalitat, la UNDEF y la asociaciones festeras «fomentarán la difusión de este bien, garantizarán su estudio y documentación con criterios científicos e incorporarán los testimonios disponibles a soportes materiales que garanticen su pervivencia». Además, hay que significar que la resolución se inscribe en el inventario general del patrimonio valenciano.

Una vez resuelto este proceso, el Congreso podría impulsar otra vez la inclusión de la candidatura de las Fiestas de Moros y Cristianos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta propuesta, lanzada años atrás por Eduardo Zaplana sin resultados positivos, fue recuperada a finales del año pasado con el respaldo de todos los grupos del Congreso, pero fue paralizada por el Gobierno central -que no la tramitó- porque no contaba con el aval preceptivo de la autonomía correspondiente. Después, si se avala, la candidatura entraría en liza con las demás presentadas.