Las obras de reparación el puente de San Jorge, acometidas la semana pasada, se iniciaron de verdad en el día de ayer, con el cierre al tráfico, que al final ha sido de dos carriles, dejando solamente uno en dirección hacia el centro. Además, se han montado dos semáforos, uno en cada estribo, con el fin de permitir el paso alternativo del autobús urbano, que sí funciona en ambos sentidos.

Una vez efectuados todos los montajes a lo largo del martes, ayer, a primera hora, se consumó la remodelación y corte de tráfico previsto, según explicó el concejal de Tráfico, Obras y Servicios, Jordi Matínez. El proceso ha incorporado la colocación de carteles en la calle San Nicolás, el viaducto y la parroquia de Santa María, que es justo donde se ha efectuado el corte, por lo que la calle Santo Tomás queda exclusivamente de subida, con la excepción ya citada del transporte público.

De forma complementaria, se ha desviado todo el paso de peatones hacia la acera izquierda, o sea la de la parte de la iglesia de San Jorge. Esta situación es consecuencia de la necesidad de acometer obras en la acera opuesta a fin de proceder a la reparación de la balaustrada, que a su vez exige la colocación de un andamio en el exterior. Esta estructura, además, necesita un contrapeso que se situará sobre la acera.

Una vez formalizado el corte y el desvío del tráfico en el seno de la pasarela del puente, los operarios de la empresa Freyssinet empezaron a trabajar de firme en la preparación de la estructura necesaria para las obras, que tendrán una duración máxima de dos meses y medio. Hay que intervenir en ambas balaustradas, por lo que se supone que el plazo de intervención se dividirá en dos periódos, más o menos idénticos.

Esta cuestión tiene su importancia, toda vez que los comerciante de la acera opuesta de la calle Santo Tomás -que son mucho más numerosos- observaban con cierta inquietud el paso de los peatones. Las fuentes consultadas por este diario mostraron su esperanza en que el paso por el otro lado sea circunstancial y que los vecinos se acostumbren a usar el paso de peatones con semáforo, a fin de utilizar su ruta habitual.

El proyecto incorporará también la sustitución de las barreras de cemento sobre las aceras por barandillas de madera y metal, al estilo de las del viaducto, lo que implicará un mayor espacio para los peatones, así como el reacondicionamiento del firme. Es prácticamente seguro que el puente quedará con dos carriles en dirección hacia el centro, pero esta decisión no está tomada por el momento, según explican las fuentes consultadas.