La Retreta ha vuelto. Ya no es el desfile informal de festeros con farolillos que se hacía en la noche del Día de San Jorge hace un siglo, sino que está configurado por carrozas y autobuses imperiales, desde las que se arrojan chucherías al público. La concurrencia, que nunca ha faltado a su cita, volvió a concentrarse un año más y a ocupar la calle Sant Nicolás y la plaza de España.

Este desfile tiene como finalidad «romper» con la seriedad del Día de San Jorge, con las procesiones y las misas, y se configura como un acto desenfadado y puramente lúdico. En los años noventa, experimentó un declive y, de hecho, en las Fiestas de 1996 sólo salió una filà y no estuvo en el programa oficial. Al año siguiente, la Asociación, las filaes y el Ayuntamiento se movilizaron y se reactivó, convirtiéndose en un evento multitudinario.

En los últimos tiempos había decaído, sobre todo por temas de seguridad, pero el año pasado se llegó al límite cuando sólo los Mudéjares participaron. La Asociación tomó cartas en el asunto y activó un plan de subvenciones para las filaes participantes, que ha acabado dando sus frutos.

Conforme a lo previsto, once filaes se sumaron al desfile, que arrancó al filo de las 23,30 horas por la calle San Nicolás y llenaron de jolgorio y buen ambiente la calle San Nicolás. El público también se agolpó en la plaza de España, acumulándose hasta el final.

Dos autobuses imperiales y festeros de numerosas filaes montados en carrozas, independientemente de quién organizara. En algún caso estaba claro, porque todos (o todas) eran Benimerines, Andaluces o Tomasinas, pero en otros falta por saber si el vehículo era Miquero, Bequetero o Masero.

Todos lanzaron chucherías y animaron a la concurrencia, aunque algunos optaron por protagonizar formaciones a pie, tipo «entraeta», lo cual aún creaba más ambiente. De cualquier manera, de lo que se trataba era de divertirse.

En la Asociación de San Jorge se resaltaba ayer con satisfacción el desarrollo de la Retreta, tanto en cuanto a los participantes como con el público. Empieza una nueva etapa.