La Entrada Mora no defraudó en absoluto, convirtiéndose en un mágico y exótico sueño oriental. El capitán de los Judíos sorprendió por el colorido y luminosidad de su boato, mientras que el alférez de los Miqueros ofreció un despliegue imaginativo donde destacó la intensidad frenética de sus ballets. Un desfile espectacular y repleto de vistosidad, que sólo se vio enturbiado por varios cortes que se produjeron durante el recorrido.

El boato del capitán moro de los Judíos, Antonio Masiá Castro, fue un auténtico derroche de imaginación y fantasía oriental, en el que la música y los ballets fueron protagonistas destacados. Tras el preámbulo de la guardia a caballo y los estandartes de la filà, llegaba la primera de las danzas a cargo del ballet de Ana Francés, en que un numerosísimo grupo de mujeres ataviadas de rojo, azul y amarillo componían una bella estampa colorista.

Sin solución de continuidad, llegaban las chicas de Virginia Bolufer, en una original danza en medio de las palmeras de un oasis. Era el anuncio de los emires, que salieron acompañados por sus favoritas a bordo de unas llamativas cuádrigas tiradas por caballos y luciendo unos espléndidos trajes en granate y oro. De nuevo un ballet, en este caso protagonizado por el grupo de Mireia Gascó, en el que destacaba una carroza que simulaba la Alhambra, donde los leones del patio del mismo nombre formaban parte de la coreografía.

Un espléndido anticipo de la figura del capitán, que junto a su favorita apareció en lo alto de una preciosa carroza con una vestimenta claramente inspirada en el traje oficial de la filà. Granate predominando sobre faja azul cielo y pantalones rosados, y una coraza en oro. Como remate, un llamativo turbante también con detalles dorados. El escudo de los Judíos adornaba su espectacular capa.

El colofón lo puso la escuadra especial, en tonalidades azules y enorme turbante negro, que resultó del agrado del público. Hay que reseñar que la indisposición de uno de los integrantes de la formación obligó a retirarlo en medio del desfile.

Otro de los momentos destacados fue la llegada de los Abencerrajes, por dos motivos. El primero, que la filà desfilaba por primera vez sin la Primitiva de Alcoy, después de que decidieran separar sus caminos. Con todo, la escuadra de blancos salió igualmente con «L'Entrà dels Moros», interpretada también por una Primitiva, pero en este caso la de Albaida. El segundo motivo, la escuadra del «mig» que también portaba este año la misma filà, y que sorprendió por su espectacular estética africana que, a juzgar por los aplausos, resultó muy del agrado de los espectadores.

Hubo que esperar a la Magenta para escuchar a la Primitiva alcoyana, que salió desfilando con la escuadra especial del 150 aniversario y dando la posibilidad al público de escuchar en dos ocasiones en el mismo desfile «L'Entrà dels Moros», algo totalmente inédito hasta la fecha. El traje que lucían los integrantes de la escuadra resultó de una gran belleza estética, sobre todo por el enorme turbante en crudo y una capa que combinaba el oro y el marrón.

Antes había desfilado también una escuadra especial en los Cordoneros, con llamativas barbas y pantalones en un verde más oscuro del habitual, en este caso por el 175 aniversario.

El alférez de los Miqueros, Javier Ferrándiz Albors, sorprendió con unos ballets espectaculares y frenéticos a cargo de Virginia Bolufer, Carmina Nadal y Rafa Felipe. El gran protagonista apareció sobre una carroza acompañado por sus emires, luciendo un vistoso traje en marfil con detalles en oro. La escuadra especial, con unos turbantes de los que colgaban unas cuerdas a modo de máscara, fue el brillante colofón.