La Diana volvió a cambiar de aires este año, recuperando la «arrrancà» a las puertas del Ayuntamiento, pero con la circunstancia especial de finalizar en la calle San Mauro, una medida que tenía como finalidad evitar que coincidiera la salida de las últimas filaes con la llegada de las primeras.

El desfile cumplió las expectativas de la Asociación de San Jorge, ya que a punto de finalizar apenas acumulaba cinco minutos de retraso; de hecho, transcurrió con fluidez, pese a la mayor acumulación de público registrada, por el estreno de las escuadras femeninas.

La Filà Magenta aportó un diseño especial para conmemorar su 150 aniversario, en tanto que la Filà Abencerrajes rindió homenaje a sus festeros veteranos, con una escuadra verdaderamente longeva. El expresidente Rafael Romá ejerció de cabo durante un tramo.

De esta forma, la Diana se renovaba recuperando el recorrido de antaño, con final distinto, a fin de agilizar y facilitar la organización, como así ocurrió.