La floración de los cerezos es uno de los espectáculos más bellos de la agricultura. Los campos de cultivo se visten de blanco, propiciando paisajes de una belleza sinigual. Dependiendo de las variedades y la altitud, el espectáculo ha ido trasladándose de un lado a otro de la provincia, destacando la Vall de Gallinera, el norte de El Comtat, Villena o las inmediaciones de la Sarga. La floración está en su ocaso, aunque aún se pueden contemplar bellas estampas en la Vall d'Alcalà y Margarida.