Una mujer ha denunciado ante la Guardia Civil el envenenamiento de gatos de su propiedad y de otra vecina en la urbanización Bonaire, en el término municipal de Tibi. Los hechos se habrían producido en una zona de chalés entre la medianoche y el mediodía del pasado jueves, aunque fueron detectados y comunicados al Instituto Armado el sábado.

La denuncia adjunta el informe de una veterinaria según el cual las muertes de los felinos habrían podido ser causadas por la ingesta de una sustancia anticoagulante que supone "un riesgo grave para la salud pública".

La especialista ha dejado constancia de la atención de cuatro gatos que finalmente fallecieron y otros dos que tuvieron que ser hospitalizados por presentar la misma sintomatología y lesiones, en concreto, "dictericia, hemorragias, bilirrubinuria/hematuria, melena y/o edema pulmonar serosanguinolento".

La veterinaria ha extendido este informe a petición de la denunciante para que sirva como denuncia ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, "ante el riesgo de envenenamiento de animales o personas".

Esta denuncia fue interpuesta en el cuartel de Xixona el pasado día 21. En ella se recogía el fallecimiento de cuatro gatos, las lesiones que presentaban otros dos y la desaparición en la zona de cinco más.

Sin embargo, fuentes próximas a la denunciante han actualizado esa cifra y elevan ya las muertes de felinos a ocho y a media docena los heridos o desaparecidos. Según estos testimonios, todos los gatos eran alimentados en una zona de chalés de Tibi pero andaban sueltos por los alrededores.

Aunque la denunciante no ha podido aportar ante el Instituto Armado información alguna que pueda ayudar a localizar y detener al responsable, ha apuntado en su denuncia que podría tratarse de un vecino.

En este sentido, fuentes de grupos que trabajan en favor de los animales han expresado sus sospechas de que alguien haya podido dejar cebos con comida y veneno para ratas para combatir la plaga de ardillas en la zona y han alertado del peligro que esa conducta comporta para las mascotas y también para los niños de corta edad.