La Diputación de Alicante ha iniciado las obras de restauración y musealización de la Cava Gran de Agres, que tienen un plazo estimado de siete meses.

Construida entre los siglos XVII y XVIII, la Cava Gran de Agres se utilizaba para la recogida de nieve para diferentes usos, estuvo en plena explotación comercial hasta 1906 y se ubica al suroeste del Refugio Reig del Moral y a unos 1.120 metros de altitud sobre el nivel del mar.

Los diputados provinciales de Arquitectura y Medio Ambiente, Manuel Moya y Javier Sendra, respectivamente, se han desplazado hoy hasta este enclave natural visitar el comienzo de los trabajos de restauración.

Con un presupuesto de adjudicación de 244.000 euros, la empresa alcoyana Proyectos y Subcontratas, S.L. es la encargada de llevar a cabo dicha actuación con la que se pretende poner en valor este pozo situado en la Serra Mariola, en el que se han instalado ya los primeros andamiajes de la obra.

El Boletín Oficial de la Provincia recogió la semana pasada la formalización del contrato, que finalmente se ha adjudicado a esta compañía teniendo en cuenta que es la oferta económicamente más ventajosa de las veinte que se presentaron, ha explicado Moya, según un comunicado de la corporación provincial.

Ha especificado que esto ha permitido un ahorro de más de 188.000 euros con respecto al presupuesto de licitación.

Moya ha destacado, como uno de los elementos más importantes, la colocación de una plataforma y escalera metálica que permitirá visitar el fondo de la Cava Gran y el magnífico tejo que se ubica allí, al tiempo que ofrecerá a los senderistas la posibilidad de contemplar la instalación desde dentro.

Por su parte, Sendra ha asegurado que esta actuación fomenta el turismo medioambiental de la zona y genera puestos de trabajo.

Se han editado unos folletos informativos en los que se muestra el pasado del nevero, que data del siglo XVII, así como su estado actual y el aspecto que tendrá una vez finalizadas las obras.

En ellos también se exponen los datos relativos a esta infraestructura para que el ciudadano conozca los pasos que se van a seguir en su rehabilitación.

Según ha explicado el jefe del área de Arquitectura de la institución provincial, Rafael Pérez, las obras siguen el principio de mínima intervención para alterar lo menos posible los elementos estructurales originales.

Los trabajos de restauración afectarán a todos los elementos arquitectónicos conservados del nevero original, sustituyendo aquellos que se consideren imprescindibles para la estabilidad de sus estructuras.

El proyecto no contempla, por otro lado, reconstruir la cubierta de la Cava, dada la importancia que ha adquirido la imagen de sus arcos y por la presencia del ejemplar de tejo en el interior de la cavidad.

Para favorecer las labores de mantenimiento y facilitar en el futuro la accesibilidad al interior del pozo por parte de visitantes, se rehabilitará la galería-túnel por la que se extraía el hielo, acción que se complementará con la instalación de una escalera metálica.

Las obras incluyen, asimismo, la disposición de paneles informativos sobre la construcción de la cava que, por su estado de conservación y emplazamiento, se ha convertido en un destacado emblema de la Sierra de Mariola y en uno de los símbolos identificadores de los neveros de la Comunitat Valenciana.

También se explicará su historia, su tipología arquitectónica y el sistema industrial y económico al que pertenece.

La Diputación de Alicante adquirió a finales de 2008 esta edificación.

En 2011 se realizó en la zona, tras el vallado y protección de la cava, una intervención arqueológica que contempló la limpieza del interior del vaso, repleto de escombros, con la finalidad de recuperar materiales de la construcción del nevero, constatar cómo era el suelo original y documentar su sistema de drenaje.

Además, los trabajos de limpieza y poda de la hiedra, que cubría el setenta por ciento de las estructuras de la cava, posibilitaron el hallazgo de una fecha grabada en una dovela de piedra, próxima a la clave que comparten los tres arcos y en la que se descubrió la inscripción 1702.