Alcoleja ha rendido homenaje a su maestro de escuela de toda la vida. Eduardo Catalá Galiana inició su andadura como docente hace más de 50 años en este pueblo del Comtat, donde dio clases a varias generaciones y en esa etapa, incluso, compró libros a aquellos alumnos que no se lo podían permitir. Ahora, la población ha querido agradecerle esa dedicación a los demás. Y ese reconocimiento se plasmó el pasado sábado cuando el Ayuntamiento le nombró hijo predilecto.

El acto de reconocimiento se celebró en el edificio del Patronato, recientemente rehabilitado tras el hundimiento de parte de la cubierta, y contó con la asistencia de la presidenta de la Diputación, Luisa Pastor; el alcalde de la localidad, Francisco Fenollar; los diputados provinciales Javier Sendra y Jaume Pascual; los primeros ediles que ha tenido esta localidad del Comtat durante este periodo democrático, la actual corporación municipal y diversos alcaldes de la comarca. Asimismo, antiguos alumnos y vecinos de Alcoleja también quisieron arropar a este maestro de escuela.

El protagonista, ante estos asistentes, fue nombrado hijo predilecto del pueblo y recibió de manos del alcalde una placa conmemorativa.

La máxima autoridad del municipio, durante el homenaje, destacó «la calidad humana y dedicación de Eduardo Catalá, que más allá de su trabajo como maestro ha dedicado su vida, con verdadera devoción, a formar a los alumnos de Alcoleja. Una tarea en la que no ha escatimado horas de trabajo y esfuerzo personal, por lo que la figura de este maestro estará ligada para siempre a nuestro pueblo».

Y es que Catalá estuvo durante una larga etapa enseñando a los alumnos de este municipio, y no sin dificultades ya que, como recordó Fenollar, «muchos niños no podían comprar libros y el maestro se hacía cargo de la adquisición de los mismos, y no era por su sueldo elevado, porque como dice el refrán "passes més fam que un mestre d'escola"».

Así que, «con este homenaje, Alcoleja ha querido agradecer el trabajo de toda una vida dedicada a los demás, poniendo los recursos de que disponía a disposición de los que más lo necesitaban», añadió el alcalde.

La presidenta de la Diputación también quiso subrayar que Eduardo Catalá dedicó toda su vida a la enseñanza y le dijo que «puede sentirse muy orgulloso del trabajo realizado ya que enseñó y educó a muchas generaciones de Alcoleja».

El pueblo también ha querido dedicarle una plaza, de modo que el pasado sábado se descubrió la placa en la que queda grabado para siempre el homenaje a este maestro de escuela.