La autovía central completada se dispone a celebrar su tercer aniversario -en concreto, la efeméride será el próximo día 28- y lo hará con su mayor nivel de tráfico, que ya se sitúa en unos 22.000 vehículos por jornada en la zona del Barranc de la Batalla, según ha podido saber este diario. Esta cifra contrasta abiertamente con la última medición facilitada por Fomento, cuya vigencia es de finales de 2013, y que situaba la circulación en la zona de los túneles en torno a los 14.587 vehículos por día, con lo que el incremento que se ha contemplado en apenas un año se sitúa en torno al 50%.el incremento que se ha contemplado en apenas un año se sitúa en torno al 50%.
El balance de cifras evidencia una realidad que se observa casi diariamente: desde que quedó concluida la autovía central, el 28 de octubre de 2011, la circulación va en aumento. Al principio el tráfico era el normal, el habitual por esta zona, ya acrecentado desde que se acabó el tramo de Ibi, que empezaba a acortar de manera notable el tiempo de viaje entre Valencia y Alicante por el interior, con respecto a la autopista de la costa -que es de pago- y a la ruta por Font de la Figuera. Esta tendencia se ha ido acrecentado poco a poco, de manera que de los menos de 10.000 vehículos por día se pasó en un mes a 11.376 y en dos años a 14.487, de acuerdo con los datos de Fomento.
Las estadísticas oficiales de 2014 aún no han sido publicadas por el ministerio, pero este diario ha podido saber que Fomento sitúa en estos momentos, de acuerdo con datos muy recientes, la circulación en los 22.000 vehículos y con la particularidad de que lo hace de manera equitativa: 11.000 en cada sentido.
La ganancia de tiempo que se experimenta con respecto a las dos vías «competidoras», que obligan a cubrir más kilómetros, así como la comodidad general del viaje, han provocado que esta nueva ruta haya ido ampliando su utilización. Hay que recordar que esta vía tiene su origen en la autovía Madrid-Valencia, de la que se «desgajó» un ramal que, poco a poco, iría constituyendo un nuevo vial destinado a mejorar las comunicaciones de las comarcas del interior y de Alicante con la capital de la Comunidad.
Todo esto fue consecuencia de una decisión política del gobierno de Joan Lerma, que poco a poco fue materializándose a iniciativa de la Generalitat y del Ministerio de Fomento, hasta culminar con el tramo más complejo y costoso, que fue el de los túneles del Barranc de la Batalla, de 1,5 kilómetros en cada sentido.
La nueva carretera, además, ha supuesto un alivio para los transportistas, que llevaban décadas quejándose del mal estado de la carretera antigua, que prácticamente quedaba inservible cada vez que nevaba de forma ligera. Ahora, este contratiempo se evita con facilitad, máxime porque la actuación de las quitanieves en la autovía contribuye a despejarla de manera rápida.
Aparte, la seguridad se ha incrementado de forma significativa, ya que en estos tres años apenas se han producido accidentes graves. De hecho, se ha registrado un accidente en los túneles, otro en el puente de acceso y varios en al rotonda de entrada a Alcoy, ya fuera de la autovía.
