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Un centro social atrapado en el tiempo en Alcoy

Fabra «vende» el complejo de enfermos mentales del Barranquet, cuyas obras se adjudicaron hace casi cinco años, tenían que estar listas en diez meses y aún siguen en curso

La primera piedra del edificio se colocó en agosto de 2010 por Angélica Such y Sedano. Andrea Solbes

Al diputado alcoyano Jordi Martínez, del PSOE, casi le dio un ataque de risa cuando el presidente Fabra entre sus «realizaciones» citó el centro de enfermos mentales del Barranquet de Soler, en Alcoy, un proyecto que puede ser paradigmático de la evolución política de la Comunidad Valenciana. Adjudicadas las obras a finales de 2009, tenían que haber quedado acabadas en diez meses... pero aún no están listas, no se sabe cuándo lo estarán y para que el centro pueda ser operativo, aún resta por licitar la gestión y el equipamiento, según ha informado la concejal Lorena Zamorano.

Un centro de día y residencia para enfermos mentales era una reivindicación permanente de los afectados y, especialmente, sus familiares. El gobierno del PP de Jorge Sedano cogió el toro por los cuernos y con el apoyo de la Conselleria de Bienestar Social, que por entonces gestionaba Angélica Such, impulsó el proyecto. La iniciativa generó de entrada controversia política, porque el PP decidió utilizar la zona del Barranquet de Soler, prevista para complejo deportivo, de acuerdo con el convenio firmado por el Ayuntamiento en su día con el sacerdote Don Cirilo Tormo.

Con su mayoría absoluta en mano, el PP impuso su voluntad y lanzó el proyecto, adjudicándolo en las vísperas navideñas a la firma Clásica Urbana, por un importe de 3,6 millones. Había un detalle un tanto incómodo: el Ayuntamiento adelantaba el dinero y el Consell lo devolvía.

El asunto acabó envenenándose porque el gobierno de Sedano, sobre todo por la mediación de Rafael Sanus, exigió que la conselleria consignara los fondos antes de pagar un céntimo. Todo esto retrasó los planes iniciales, pero en agosto del año siguiente, con la pompa y circunstancia habituales, Angélica Such y Jorge Sedano (y Fernando Pastor, Lucía Granados, Rosa Sánchez...) ponían la primera piedra y las obras arrancaban.

Ahora, cuando falta poco para que se cumplen cinco años de la adjudicación, el edificio sigue inacabado y desde luego aún tendrá que pasar bastante hasta que pueda estar terminado. En estos momentos, falta por acabar las obras, para lo cual no queda mucho, pero resta por resolver flecos de financiación, que se confía en solucionar a muy corto plazo, según ha precisado Lorena Zamorano.

De todas formas, una vez resuelto esto, la Conselleria de Bienestar Social tendrá que acometer dos actuaciones: la licitación de la gestión del complejo, que asumirá una empresa especializada, y la del equipamiento del recinto, lo cual puede tener su problema, dada la coyuntura económica de la Generalitat. Será difícil, en consecuencia, que pueda utilizarse la fotografía de la apertura para la venidera campaña electoral.

Esto no ha impedido, de cualquier manera, que el presidente Fabra haya «vendido» el centro durante su discurso de esta semana, sin tener en cuenta la desazón de los familiares y los enfermos mentales, que llevan esperando desde 2009 que el centro pueda prestar el servicio que necesitan.

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