La Conselleria de Sanidad ha detectado cinco «casos aislados» de legionela durante las últimas dos semanas en Alcoy. Esta situación, que no se producía en la ciudad desde 2011, provocó que ayer se reuniera la comisión técnica (integrada por el Ayuntamiento, Salud Pública y la empresa responsable de la gestión de agua) para evaluar este ciclo de contagios. Los expertos descartan que haya un brote y lo consideran «casos aislados» porque no tienen relación espacio-temporal, motivo por el cual no se van a activar medidas especiales sino que seguirán vigentes las actuales acciones preventivas.

La capital de l'Alcoià llevaba dos años completos sin superar tres casos de legionela aislados, sin embargo en este 2014 ya se ha superado esta cifra. El Ayuntamiento, a través de una nota, informaba ayer que se habían detectado «los cinco primeros casos de legionela en Alcoy durante las dos últimas semanas». Unos contagios que «no guardan una relación espacio-temporal, por tanto no se puede considerar un brote». Así se recalcó ayer en la reunión que se celebró en la sala de comisiones de la Casa Consistorial con la presencia de representantes del Ayuntamiento, con el edil de Medio Ambiente, Paco Agulló, a la cabeza; de Salud Pública de Alcoy y de Aqualia, la empresa concesionaria del servicio de agua potable en la ciudad. En este encuentro, se analizó el informe de Salud Pública y se dio a conocer a los presentes los detalles de la situación, según informaron fuentes municipales.

De los cinco casos registrados en los primeros compases de este verano, tres se detectaron en el barrio de Santa Rosa, otro en el Ensanche y otro en la Zona Norte, según la información facilitada. Asimismo, tanto desde el Ayuntamiento como desde Salud Pública remarcaron que el contagio de los pacientes no procedía de aparatos de riesgo. Sin embargo, los expertos no han detallado cuál es el origen de estas nuevas infecciones.

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En este contexto, en la comisión técnica se informó que no se habilitarán medidas especiales ante la aparición de estos cinco casos, sino que seguirá activo el protocolo en el que se marcan las acciones preventivas y de control que, ya de por sí, se aplican a lo largo del año con el objetivo de «frenar» a la bacteria. En este sentido, «se descarta aumentar el cloro del agua potable», indicaron fuentes municipales.

Paco Agulló, el de Medio Ambiente, indicó que «en la reunión se nos han explicado por parte de los técnicos del área de salud la procedencia de esos cinco casos detectados en la ciudad, indicando que no tienen relación entre ellos en el tiempo y en el espacio y, por tanto, no estamos ante un brote de la enfermedad. De cualquier manera, a lo largo de los próximos días mantendremos un seguimiento especial por si aparecen más casos, pero las medidas de control y prevención ya se aplican de manera ordinaria y habitual».

Un ejemplo de ello fueron los controles que se realizaron a finales de junio en los trabajos de asfaltado que se estaban llevando a cabo en el barrio del Ensanche, como ya informó este diario. Los técnicos de Sanidad y municipales analizaron el agua que se utilizaba en este proceso. Pero esta no es la única acción que se desarrolla para evitar la proliferación de la bacteria causante de la enfermedad. También se siguen manteniendo las restricciones en el baldeo de calles, que se hace de manera manual, y en el riego de jardines y continúa activo el protocolo que deben cumplir los equipos de refrigeración industrial y las máquinas lavacoches.

Unas medidas preventivas que, de momento, dejan un saldo de cuatro años sin brotes en la ciudad, si bien es cierto que se han producido casos aislados: en 2011 se registraron 11 contagios, en 2012, tres y el año pasado se quedaron en dos, según la información recabada. Un balance al que ahora se suman estos cinco casos.