El Ministerio de Fomento ha incorporado la línea férrea Xàtiva-Alcoy entre las que pueden tener operador privado, una medida que está destinada a «captar viajeros del servicio privado» y a prestar un mejor servicio a los usuarios. La iniciativa se materializa con un transporte que, precisamente estos días, cumple su trigésimo aniversario al borde del cierre y con un futuro incierto. A pesar de las voluntades que se vienen expresando en los últimos tiempos, la continuidad de la línea tendrá que ser refrendada una vez más antes de fin de año por Fomento.
El gobierno central ha puesto en marcha, como se viene informando, un proyecto encaminado a mejorar la rentabilidad de las líneas férreas nacionales, a través de la concesión a operarios privados que compitan con Renfe. El primer asalto de este proceso se va a dirigir al AVE, entre Madrid-Cuenca-Alicante, como se ha puesto de manifiesto, pero el listado aprobado por Fomento incorpora ferrocarriles convencionales, como la línea Xàtiva-Alcoy, entre otras.
El objetivo del ministerio pasa por «romper el monopolio de Renfe», tanto en el AVE como en el ferrocarril convencional, a través de concursos públicos que liberalicen el servicio. El primero se acometerá tras el verano y será relativo al AVE, pero los demás podrán ir siguiendo de forma progresiva, «de forma que se permita la adaptación de todos los agentes al nuevo escenario», según pone de manifiesto la orden publicada por Fomento.
En la segunda fase, el ministerio incorporaría líneas como la Xàtiva-Alcoy, Aranjuez-Cuenca-Valencia o Valencia-Castellón, citando algunas de las que figuran en la convocatoria, en una operación que tiene como objetivo conseguir «una mayor captación de viajeros del vehículo privado» y lograr una mayor rentabilidad de los recorridos.
En el caso de la línea Xàtiva-Alcoy, parece bastante complicado, al menos a priori, que pueda haber empresas interesadas en su explotación, cuando la realidad es que está codeándose con el cierre desde principios de 1984 por su baja utilización y rendimiento, que no obstante ha mejorado en los últimos tiempos. Desde que el gobierno del PSOE decidiera en 1984 cerrar las líneas catalogadas como «altamente deficitarias», el ferrocarril que une Alcoy con Valencia ha estado varias veces al borde de la clausura. La situación mejoró de forma significativa en 2013, cuando Fomento la catalogó como servicio de interés público, lo que garantizaba su continuidad.
No obstante, esta garantía futura debe ser refrendada cada dos años, por lo que antes de fin de año debe suscribirse de nuevo. Altos dirigentes del PP han repetido en los últimos tiempos que el futuro «está garantizado» y que no habrá problemas, como hizo en una reciente visita el presidente de ACIF, Gonzalo Ferre. Sin embargo, por el momento no se sabe si se va a acometer el plan de mejora integral de la línea.
