La Conselleria de Sanidad mantiene las restricciones y las medidas de prevención de la legionela en Alcoy pese a haber transcurrido casi cuatro años sin que se hayan registrado brotes de la enfermedad. El asfaltado del barrio del Ensanche se está desarrollando con maquinaria adaptada y con estrictos controles sobre la cloración y la temperatura del agua que se utiliza en los trabajos. También siguen en vigor los protocolos que deben cumplir los equipos de refrigeración industrial, los surtidores, el riego de jardines y el baldeado de calles.
Después de 16 brotes de legionela que se saldaron con más de 300 afectados, Alcoy vive desde 2010 un período de tranquilidad, durante el cual sólo se han registrado casos aislados y de carácter esporádico. Sin embargo, eso no ha sido óbice para que la Conselleria de Sanidad mantenga activas las medidas de prevención que fueron incorporándose en la época de mayor virulencia.
Este hecho se ha puesto de manifiesto esta semana, cuando se ha podido constatar que el asfaltado del barrio del Ensanche se está desarrollando con maquinaria adaptada. Cabe recordar, en este sentido, que algunos de los últimos brotes que registró la ciudad se vincularon a este tipo de trabajos, lo que obligó a incorporar unos depósitos en las máquinas apisonadoras para que el agua utilizada estuviese hiperclorada y con una temperatura suficientemente fría para evitar la proliferación de la bacteria. Pues bien, estas máquinas son las que se están usando en el Ensanche, con estrictos controles además por parte de técnicos tanto de Sanidad como municipales.
El concejal de Medio Ambiente, Paco Agulló, destacaba que efectivamente «las medidas contra la legionela se mantienen. Lo único que se nos ha permitido es rebajar el nivel de cloro de la red de agua, pero por lo demás, todo sigue igual, ya que Sanidad quiere mantener la situación bajo control».
Así, permanece activo el protocolo que deben cumplir los equipos de refrigeración industrial y las máquinas lavacoches. También siguen activas las restricciones en el baldeo de calles, que se hace de forma manual, y en el riego de jardines. El Campo del Collao, sin ir más lejos, no se puede regar con aspersores cuando hay público en el recinto. Persisten, asimismo, las medidas sobre los surtidores, que tendrán que adaptarse para poder volver a funcionar.
