La Conselleria de Cultura, tras las gestiones realizadas por el Ayuntamiento de Alcoy, ha decidido asumir los costes de la reposición de las ventanas y cerramientos robados de la fábrica de Els Solers, con el objetivo de frenar su deterioro. El inmueble, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), es el único que ha sido rehabilitado dentro del conjunto de arqueología industrial del Molinar.
Tal y como informó este diario, los ladrones se han cebado con la fábrica de Els Solers, de la que se han llevado marcos y ventanas, al tiempo que han reventado las puertas. Esta situación ha contribuido a la degradación de este edificio, el único que se había rehabilitado dentro de este complejo fabril, considerado como la cuna de la industrialización de la Comunidad Valenciana.
Con estos antecedentes, el Ayuntamiento ha estado manteniendo en los últimos meses conversaciones con la Conselleria de Cultura, con el objetivo de volver a cerrar el edificio. El concejal delegado, Paco Agulló, destacaba que «se trata de una competencia que afecta también a la administración autonómica, dado que el edificio está declarado BIC y es el propio Consell el que concede estas distinciones».
Se daba la circunstancia, además, que Cultura ya había denegado el año pasado una subvención solicitada por el Ayuntamiento para, precisamente, mejorar los cerramientos de la fábrica. En cualquier caso, y según manifestó Agulló, «hemos obtenido finalmente el compromiso de la Generalitat de que va a asumir la actuación, y sólo esperamos que sea a la mayor brevedad posible, porque nuestro máximo interés pasa por que el inmueble no siga degradándose».
Los trabajos se van a centrar en la reposición de las ventanas, el anclaje de las puertas y también en el cerramiento del perímetro de la fábrica. El edil dijo que se va a utilizar un tipo de materiales y anclajes antivandálicos, «para dificultar al máximo la actuación de los ladrones». La actuación puede tener un coste cercano a los 20.000 euros, si bien este es un asunto que todavía se tiene que concretar. El desmantelamiento de las ventanas y cerramientos de la fábrica de Els Solers se llevó a cabo en el seno de la oleada de robos de cables y elementos metálicos que ha venido sufriendo la ciudad en los últimos tiempos.