L'Orxa, un municipio de poco más de 700 habitantes situado en la comarca de El Comtat y de tradición industrial, está dispuesto a seguir apostando por este sector económico aunque en base al desarrollo sostenible. Una prueba de ello es el centro de interpretación de las energías renovables estrenado ayer junto al nuevo polígono y la antigua factoría de Raduán.

El cierre de la papelera Raduán supuso un duro golpe para L'Orxa. Sin embargo, y lejos de desfallecer, el municipio decidió dar un paso al frente y apostar por un ambicioso proyecto aprovechando las infraestructuras de la factoría clausurada.

Así, y justo en el mismo emplazamiento, se ha procedido a la construcción de un parque industrial de 14.000 metros cuadrados por medio de una inversión de 1,2 millones de euros financiada con fondos europeos y ministeriales. Pero no se trata de un polígono al uso, dado que la intención del Ayuntamiento es que las empresas que allí se instalen estén relacionadas o se alimenten a través de energías renovables. Además, está previsto que el edificio noble de Raduán se convierta en un centro de investigación de este tipo de energías.

Dentro de esta filosofía, ayer se estrenaba el centro de interpretación, un inmueble que, como no podía ser de otra forma, se autoabastece con una planta fotovoltaica, y en el que a través de paneles y material audiovisual se informa del problema del calentamiento global, las emisiones de CO2 y de las medidas a adoptar para hacer posible un desarrollo sostenible. El inmueble, que ayer fue visitado por los escolares de L'Orxa, ha costado 200.000 euros y ha sido financiado por el Centro de Desarrollo Rural (CEDER), mientras que los 150.000 del equipamiento han corrido a cargo del Consistorio. La teniente de alcalde, Estela Sanz, destacó que la intención es que pasen los centros escolares de la comarca e incluso de fuera de ella.